Nieta de Allende muestra el lado más íntimo de su abuelo en Cannes

AllendeENTREVISTA

Por María Luz Climent Mascarell (dpa)

Cannes, 17 may (dpa) – La muerte del presidente chileno Salvador Allende en 1973 elevó a los altares a un político tan odiado como adorado en el país y fuera de él. Se conoce su actividad política y se le recuerda por la defensa de los derechos humanos, sin embargo su nieta Marcia Tambutti Allende no sabía bien cómo era su abuelo, quería conocer a la persona y no al símbolo mundial de la democracia.

Eso fue lo que le llevó hace ocho años a emprender un camino que se ha concretado en el documental “Allende, mi abuelo Allende”, que hoy se presenta en la Quincena de los Realizadores en el Festival de Cannes.

La ópera prima de esta mujer que, como ella misma recuerda aprendió a hablar en exilio en México, nace de la necesidad de conocer al abuelo y no al político, a ese abuelo del que apenas se hablaba en la familia, una familia que quedó trastocada para siempre con su muerte.

“Mi abuela tuvo que enterrarlo sin saber que era él. Su vida se transformó porque, a pesar de que no tenía ese papel público-político tan protagónico, de alguna manera tomó el estandarte de la lucha de los derechos humanos en Chile, del legado de mi abuelo y -lo dice Joan Garcés- su personalidad política se esponja”, explica en entrevista con dpa esta bióloga devenida en cineasta.

Al regresar a Chile después del exilio pensó que le iban a enseñar los lugares que le gustaban a su abuelo o le hablarían de él y no de su actividad política. Al no ser así, decidió conversar con su abuela y viuda de Allende, Hortensia Buss, así como con sus primos, su madre y su tía, tocando incluso algunos temas sensibles como la relación extramatrimonial que el mandatario mantenía con su secretaria personal Miria Contreras, conocida como “Payita”.

En la película Tambutti retrata cierta dinámicas familiares, se ven los intentos de hablar de un tema dejando así aflorar la incomodidad que surge.

“La película ha ayudado a ser un poquito sanadora y nos ha ayudado a hablar de temas dolorosos en conjunto y de manera relajada”, explica la directora, para quien además esta cinta reivindica el legado de su abuelo precisamente en el convulso momento que vive el país debido a los escándalos de corrupción que afectan al gobierno.

“Allende, mi abuelo Allende”, que ha sido bien recibida en su primera función, “es buena para inspirarse otra vez”, dijo Tambutti.

“No era era la intención en ese sentido, pero la película llega en muy buen momento”. En su opinión conviene apelar y recordar como se involucraban en las campañas políticas en la época de Allende, “con costos personales, autosacrificio y sobre todo con un conocimiento de cabo a rabo del país, en situaciones muy modestas”. Todo ello “habla de esa mística del bien común, en donde uno está ahí por principios y no por conveniencia. Porque cree en una causa nacional mayor que la propia”.

“No era la propuesta de la película, pero es un buen momento para apelar a eso”, recordó la directora del único largometraje chileno en Cannes.

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