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San José, 12 dic (elmundo.cr) – National Geographic estrenará “Explorer: la Iglesia del Santo Sepulcro”, esto el próximo domingo 17 de diciembre a las 20.30 hs. (Colombia). Dicho especial es una producción de Pioneer Productions para National Geographic.
Su productor ejecutivo es Thomas Viner. Por parte de National Geographic, la productora ejecutiva es Bernadette McDaid; Hamish Mykura es vicepresidente ejecutivo de programación y desarrollo; y Tim Pastore es presidente de programación y producción original.
Los misterios que rodean la tumba de cristo
Bajo la dirección de Antonia Moropoulou, supervisora científica principal de la Universidad Técnica Nacional de Atenas, el meticuloso proceso de evitar que la estructura se derrumbe se complica por la fecha límite inamovible que fijaron los patriarcas de la iglesia. La restauración debe estar terminada para la fecha más importante del calendario eclesiástico: el ceremonial pascual de la Luz Sagrada.
El Santo Sepulcro es un sitio de peregrinación para los dos mil millones de cristianos del mundo, y “Explorer: la Iglesia del Santo Sepulcro” observa la intensa colaboración y los grandes esfuerzos de la comunidad religiosa, arquitectos, científicos e historiadores en esta empresa tan delicada de restaurar, proteger y revelar los antiguos misterios de la tumba.
A medida que el equipo se va dando cuenta de que los daños del edículo son mucho mayores de lo que se temía, resulta evidente que es necesario abrir la tumba. Sellada durante cientos de años, nadie que aún viva ha visto con sus propios ojos el lugar del eterno reposo de Cristo. Tan valioso es el sitio que los patriarcas solo permiten que esté abierto durante sesenta horas.
El Dr. Fredrik Hiebert, arqueólogo residente de la National Geographic Society, y Tim Samuels, corresponsal de National Geographic, están allí para documentar e interpretar la importancia de lo que se revele cuando se abra la tumba. Pruebas científicas sin precedentes evidencian que la tumba data de al menos la época del primer emperador cristiano, Constantino, que vivió en el siglo IV de nuestra era, un hallazgo que podría transformar lo que sabemos sobre el lugar del eterno reposo de Cristo.