San José, 8 sep (elmundo.cr) – El pasado 1 de septiembre se conmemoraron los 114 años del natalicio de Manuel Mora Valverde con una actividad en el Salón de Expresidentes de la Asamblea Legislativa.
Al acto asistieron más de 140 personas, entre las que estuvieron el diputado Óscar Izquierdo, jefe de fracción del Partido Liberación Nacional, y la exdiputada Patricia Mora, presidenta del Partido Frente Amplio y sobrina de Manuel Mora Valverde.
El discurso central fue realizado por Manuel Mora Salas, hijo del Benemérito de la Patria. En su alocución, Mora Salas anunció el nacimiento formal al Movimiento Manuel Mora Valverde y remarcó la importancia mayúscula de su padre como figura esencial en la creación de la Caja Costarricense del Seguro Social y del Código de Trabajo.
“El viejo programa del Partido de Manuel Mora Valverde será la base de un nuevo programa mínimo y, posteriormente, de un programa estratégico. Haremos todo lo posible, dentro de nuestras posibilidades objetivas, para contribuir con la construcción de una verdadera unidad nacional en defensa de las grandes conquistas de nuestro pueblo trabajador”, aseguró.
Los actos culturales estuvieron a cargo de la escritora, actriz, gestora cultural costarricense, Arabella Salaverry, así como de los destacados músicos y profesores de Escuela de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica, el tenor Ernesto Rodríguez, el percusionista Manrique Méndez y la pianista Tanya Cordero.
Salaverry declamó dos poemas de Addy Salas, esposa de Manuel Mora Valverde, mientras que el repertorio musical contó con canciones costarricenses como “Luna Liberiana” y “Lindo Sarapiquí”.
También se proyectó un video documental con fragmentos de entrevistas, fotografías y palabras de Manuel Mora Valverde que hicieron una rica semblanza sobre él, su pensamiento y lucha política.
“Manuel Mora Valverde nos recuerda que la lucha social y política es constante, de todos los días. Especialmente nos recuerda que el arte de la revolución social, por la que él luchó, es la suma de voluntades; no la resta ni la división. Esta era su visión socialista de la vida a la que él consagró su existencia”, aseguró el historiador Vladimir de la Cruz, palabras de un brindis con las cuales cerró la actividad.
