Por Paulina Abramovich
Santiago, 03 dic (AFP) – Cuando se cumple el 70 aniversario de la obtención del premio Nobel de Literatura, Chile rescata la obra de Gabriela Mistral, la primera y hasta ahora la única mujer latinoamericana que ha recibido este galardón.
Poetisa, profesora, diplomática y profusa activista política de principios y mediados del siglo XX, gran parte de su obra es todavía un enigma para Chile, el país que la vio nacer pero con el cual tuvo una ambivalente relación hasta su muerte en Nueva York en 1957.
“Gabriela Mistral es un enigma y eso es lo que queremos invitar a descifrar”, dijo a la AFP Alejandra Araya, curadora de la muestra dedicada a la obra de la poetisa en la Casa Central de la Universidad de Chile, en el marco de una treintena de actividades destinadas a conmemorar las siete décadas de la obtención del Nobel de Literatura.
Autora de textos como “Sonetos de la muerte” (1914), “Desolación” (1922) y “Tala” (1938), Gabriela Mistral recibió el Premio Nobel de Literatura el 12 de diciembre de 1945. La Academia sueca destacó su “poesía lírica que, inspirada por poderosas emociones, ha convertido su nombre en un símbolo de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano”.
Pero tuvieron que pasar seis años más para que Chile le otorgara a Mistral el Premio Nacional de Literatura, en un reconocimiento tardío que marcó la relación de desencanto que la escritora tuvo con su país natal, del que se fue a los 33 años y al que nunca quiso regresar definitivamente.
Para saldar en parte esta deuda, Chile ha organizado una treintena de actividades en todas las regiones del país destinadas a conmemorar los 70 años del Nobel de Mistral, en actividades lideradas por el ministerio de Cultura chileno y la Gabriela Mistral Foundation, de Estados Unidos.
En la Casa Central de la Universidad de Chile, se exhiben desde este jueves una serie de objetos personales de la poetisa, fotografías y dibujos que otros artistas realizaron en honor a la escritora, la más famosa representante de la poesía chilena.
– Poesía, educación y política –
“La figura de Gabriela Mistral es clave no solamente en la poesía ( ), sino que también se levanta como una figura clave desde el punto de vista de la educación y de lo que significa el pensamiento y la mirada de una intelectual latinoamericana que interactúa con distintos actores de su tiempo”, explicó a la AFP la periodista Faride Zerán, vicerrectora de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile.
“Ella tenía una mirada muy latinoamericana, una preocupación permanente por la educación y la defensa de la educación pública”, agrega.
Nacida bajo el nombre de Lucila Godoy Alcayaga en la ciudad chilena de Vicuña (norte) el 7 de abril de 1889, la poetisa inició su vida profesional como profesora de una escuela pública, en una labor que marcó su vida y su posterior obra literaria.
El 12 de diciembre de 1914 obtuvo su primer premio en el concurso de literatura “Juegos Florales” de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), por sus “Sonetos de la muerte”.
Desde esa fecha, comienza a utilizar el seudónimo de Gabriela Mistral, en homenaje a dos de sus autores favoritos, el italiano Gabriele D’Annunzio y el francés Frédéric Mistral, según expertos en su obra.
A la par de su faceta literaria, Gabriela Mistral desarrolló una carrera diplomática e intelectual, participando activamente en las grandes discusiones políticas de la época en un momento de apertura de grandes cambios mundiales en la mitad del siglo XX.
“Mistral lleva los temas de América Latina al mundo; la desigualdad social, la necesidad de la reforma agraria y de la educación como un gran motor de movilidad social y de justicia”, dice Alejandra Araya.
Ninguna otra escritora latinoamericana ha vuelto a ganar el premio Nobel de Literatura después de Gabriela Mistral.
“Sin duda que hay una deuda de América Latina con sus creadoras”, dice Faride Zerán, atribuyendo esta carencia a la gran fragmentación de los autores y autoras que hoy a su juicio se da en Latinoamérica.