REPORTAJE
Por Ana María Pomi (dpa)
Salvador de Bahía (Brasil), 14 feb (dpa) – Distante de “la capital del carnaval” Río de Janeiro, Salvador de Bahía también hierve al ritmo frenético de la tradicional fiesta multitudinaria en la que se baila “hasta el piso” y sobre todo, se besa mucho.
El beso en la boca durante el carnaval es una costumbre con estatus de institución en el país sudamericano en general, y en la capital de la Bahía de todos los Santos en particular.
Se besa a diestro y siniestro, con amor y sin amor, a conocidos y desconocidos, pero siempre con pasión.
“Ya besé en la boca este carnaval”, anunció la cantante de funk Annita, quien inauguró el jueves el carnaval más largo de Brasil desde lo alto de uno de los muchos palcos móviles que suponen la marca registrada de la fiesta del Rey Momo en el estado de Bahía.
Si los besos aportan sal y pimienta a los voluptuosos bailes, con sus coreografías lujuriosas de caderas que menean hasta el suelo y cuerpos pegados y casi desnudos, qué decir de la iniciativa estrenada este año: la “cápsula del sexo”, un pequeño gabinete destinado, según sus mentores a “proporcionar momentos increíbles en quince minutos”.
La polémica que desató en las redes sociales la novedad no impidió en absoluto su éxito. Así lo constató la primera pareja que se animó a usarla: “Increíble”, dijeron al dejar la cabina, entre risas y aplausos de quienes aguardaban su turno, y sin entrar en detalles, los dos jóvenes de 24 y 29 años.
Es que, explicaron, practicar sexo en una cápsula, a 15 metros de altura, con sofá, aire acondicionado y frigobar, es mucho mejor que usar “las piedras de la playa” como motel.
Fuera de la cabina, la fiesta pagana prosigue su ya tradicional devenir de disfraces, alegría, ritmo y color que tienen como escenario las callejuelas empedradas de la primera capital de Brasil y como protagonistas, a millones de “bahianos” y turistas.
A diferencia del resto de Brasil, donde los festejos se apagan el martes, en la víspera del miércoles de cenizas, en Bahía los excesos continuarán sin pausa hasta fin de mes, alegremente ajenos al comienzo de la cuaresma.
