CRÓNICA
Por Rocío Álvarez Olaso
Limón, 8 mar (elmundo.cr) – Ocho de la mañana en Cieneguita, Limón, con cierta anticipación llegamos al acto de inauguración del paseo marítimo y bulevar que estaría a cargo del presidente de la República, Luis Guillermo Solís.
Los principales accesos al barrio estaban cerrados y resguardados por la Fuerza Pública, que impedía el paso bajo “órdenes estrictas”, nos reportamos como prensa, pero los oficiales no tenían indicaciones de como proceder en este caso, entonces teníamos que esperar.
Algunos vecinos del lugar querían llegar a su casa con las cosas para el desayuno, pero igual se les impedía el ingreso, “por aquí se puede salir, pero el que sale no entra” indicaba un policía.
Cuando estábamos resignados a esperar, un lugareño nos llama y nos dice “si quieren entrar, vengan por aquí, hay un montón de callejones para llegar a la playa”. Y bueno fue claro que el operativo de seguridad no conocía las casi veinte entradas adicionales para llegar a Cieneguita.
Ya en el lugar se empezó a sentir que el acto presidencial era reducido a un grupito de invitados y la comunidad de casi 6000 personas no participaría del evento.
Los encargados de avanzada corrían para que todo estuviera listo, mesas, sillas, manteles, flores, pancartas, todo en su punto para el acto.
Se escucha un grupo de personas de camisas anaranjadas que se acercaban con proclamas poco entendibles, venían custodiados por cuatro motociclistas de la Fuerza Pública. Al llegar al acto y a pesar de que nadie sabía quienes eran, la encargada de protocolo de Casa Presidencial se les acerca y les pregunta “¿donde quieren que los ubiquemos?, puede ser cerca de la mesa principal, ¿les parece?… después de una discusión de algunos minutos, el hombre que dirigía el grupo le dice a la mujer de protocolo que no importa donde los ubiquen, que ellos solo vienen a apoyar el progreso que traerá APM Terminals…. ¿ustedes no son el grupo cultural?, dijo la encargada del protocolo…. –no para nada, respondió el hombre con una sonrisa.
Resuelta la confusión del grupo cultural, ya solo quedaba esperar la llegada del presidente, que venía atrasado por culpa del vuelo, indicaba una funcionaria a algunos de los invitados.
Por fin a las 9:40 llegó Solís, que saludó con buen ánimo a todos los que se topó en el camino entre el carro oficial y la mesa principal del acto.
Vinieron los discursos típicos de estos actos, el alcalde limonense Nestor Mattis haciendo ver que la obra inaugurada fue una iniciativa comunal de hace año y medio.
El diputado liberacionista, Danny Hayling Carcache que sorprendió hasta al mismo presidente con un discurso lleno de halagos y arengas al gobierno… “Con usted llegó el progreso a Limón, usted ha hecho por Limón en ocho meses lo que nadie ha hecho nunca”, mencionaba eufórico Hayling.
Al terminar el discurso, Solís Rivera se levantó de su asiento y abrazó fuertemente al diputado verdiblanco, que por unos minutos pareció el más oficialista de todos los presentes.
Venía el discurso de fondo del presidente el cuál estuvo animado por un hombre que desde el fondo del improvisado auditorio gritaba animadas porras al mandatario.
Al finalizar el discurso presidencial el presentador oficial del acto, pidió “a los vecinos” que acompañaran al presidente a un recorrido de unos cien metros por el bulevar, pero algunos invitados atrasaban el inicio de la caminata, por lo que el hombre tomó el micrófono y dijo “le pido a las personas de la comunidad que dejemos iniciar el recorrido con el señor presidente, en el recorrido tendrán espacio para hacerse las famosas selfies con el presidente”.
Y así empezó la corta caminata, donde Solís aprovechaba para acercarse a los pocos niños que se topaba en el camino, cada niño era un momento oportuno para que los equipos de comunicación de Casa Presidencial tomaran fotos y más fotos.
Ya al finalizar el recorrido se tenía previsto un espacio para que los periodistas hablaran con Solís, no sin antes recibir una clara advertencia de la encargada de prensa, Stephanie González, “solo pueden preguntar sobre las obras en Cieneguita”.
Al lado en una cancha de “papifútbol” y bajo la lluvia jugaban unos jóvenes, que en ese momento se les salió la pelota por encima de la malla, un funcionario de Casa Presidencial la recogió y les dijo a los muchachos, “vengan para que saluden, es el presidente”… a lo que un joven respondió “mejor pásenos la bola”.
