Berlín/París (dpa) – Una habitación con suelo de madera y paredes de color azul pálido. Dentro de la misma, una cama amarilla con una manta roja, una mesa y dos sillas. El cuadro muestra un sencillo dormitorio. Pero se trata de una pintura mundialmente famosa. Es la obra de un célebre artista, que retrató su propia habitación en Arlès, en el sur de Francia. Se llamaba Vincent van Gogh y había nacido en los Países Bajos.
Apenas después de su muerte, hace ahora 125 años, comenzaron a hacerse famosos sus cuadros. Actualmente se venden a precios altísimos. Pero en vida tuvo muy poco éxito artístico, apenas había quien mostrara interés por su obra. «Su estilo de pintura no coincidía con el gusto de la gente de su época», explica el experto en arte Stefan Koldehoff. Muchos lo consideraban un loco, agrega.
«Van Gogh dibujaba el mundo tal cual lo veía», añade. Esto quiere decir que Van Gogh jamás pintó deliberadamente algo de manera distinta a cómo veía las cosas. Pero su forma de verlas era sin duda muy especial.
Sus obras están llenas de fantasía. Por ejemplo su cuadro «La noche estrellada»: Los aros de luz en torno a las estrellas se asemejan a pequeños remolinos en el cielo. También la luna parece dar vueltas. Todo el cielo nocturno parece agitado por un fuerte viento.
«Creo que sus cuadros surgían de sus emociones más que de su cabeza», dice el experto. Vincent van Gogh pintaba siguiendo sus sentimientos, más que a la razón.
A mucha gente le pareció que el pintor estaba loco, por sus conductas a veces muy extrañas. Por ejemplo se colocaba velas encendidas en el sombrero. Van Gogh padecía una enfermedad mental. «Pero no estaba loco», afirma el experto.
En cierto momento, el estado de salud de Van Gogh comenzó a empeorar. Pero aún así siguió pintando hasta poco antes de su muerte. Incluso cuando fue internado en un hospital. Llegó a producir unos 900 cuadros y más de 1.600 dibujos. Pero no logró recuperar su salud. Vincent van Gogh murió en Francia con apenas 37 años de edad.