San José, 12 ago (elmundo.cr) – Costa Rica enfrenta una alarmante crisis por el uso excesivo de plaguicidas, según investigaciones de la Universidad Nacional y la Universidad de Costa Rica.
Los estudios revelan que el país utiliza cantidades inusualmente altas de plaguicidas por hectárea agrícola, con estimaciones que oscilan entre 10 y 35 kg/hectárea.
Cerca del 90% de los plaguicidas empleados en Costa Rica son considerados Altamente Peligrosos (PAPs) por organizaciones internacionales como la FAO, la OMS y la PAN. Estas sustancias presentan alta toxicidad aguda, potencial cancerígeno, toxicidad reproductiva y daños irreversibles al medio ambiente y la salud.
El uso excesivo de plaguicidas tiene graves consecuencias ambientales. Los plaguicidas no solo afectan a las plagas objetivo, sino que también se dispersan fuera de las fincas, contaminando cuerpos de agua, el aire y el suelo.
Estudios han detectado plaguicidas en el aire a un kilómetro de las fincas y en el polvo de viviendas ubicadas cerca de zonas productoras. También se han encontrado estas sustancias en colmenas, la fauna silvestre y en los sedimentos marinos.
El uso de plaguicidas también tiene graves impactos en la salud pública. El PNUD y la OPS/OMS estiman que Costa Rica invierte alrededor de 9 millones de dólares anuales en tratar dolencias asociadas con el uso de plaguicidas.
Los trabajadores agrícolas y las personas cercanas a las zonas de cultivo están expuestos a altos niveles de plaguicidas, lo que provoca intoxicaciones agudas y crónicas.
La exposición a estos productos químicos también ha sido vinculada a trastornos hormonales, bajo peso al nacer y daños en el desarrollo infantil, entre otras afecciones.
A pesar del uso intensivo de plaguicidas, Costa Rica pierde alrededor del 41% de sus cosechas por plagas. El investigador Felipe Arauz estima que esta pérdida representa cerca de un billón de colones anuales.
Para abordar esta crisis, los expertos proponen reducir el uso de plaguicidas mediante la implementación de prácticas agrícolas sostenibles, el reemplazo de productos sintéticos por alternativas más seguras y la promoción de la agricultura orgánica.
La Comisión de Salud Global de la Academia Nacional de Ciencias hace un llamado urgente a las autoridades, al sector agrícola y a la población a tomar medidas basadas en evidencia científica para reducir significativamente los impactos negativos de los plaguicidas.
La diputada Kattia Cambronero presentó un proyecto de ley (expediente 23.783) que busca regular el uso de plaguicidas, incluyendo controles estrictos y la sustitución de PAPs por alternativas sostenibles.
