Heredia, 2 nov (elmundo.cr) – La Universidad Nacional (UNA) abrió la carrera de de Licenciatura en Educación Rural I y II ciclo para beneficiar a los estudiantes que viven en la zona de Lepanto en Puntarenas.
Cerca de 70 personas provenientes de las distintas comunidades costeras del Golfo de Nicoya podrán acceder a estudios universitarios desde sus propias comunidades.
Se trata de la culminación de un arduo trabajo que viene realizando la División de Educación Rural (DER-CIDE), conjuntamente con el Programa de Desarrollo Integral de las Comunidades Rurales Costeras del Golfo de Nicoya (PDICRC) para la creación de la carrera itinerante para la Península de Nicoya, a través de la firma del convenio entre la Intendencia Distrital de Lepanto y la UNA.
Según explicó la directora de la División Rural del Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide), Rocío Alvarado, el convenio permite, a los jóvenes ingresar bajo la modalidad de grupos de interés institucional, pues se trata de personas que viven en las comunidades rurales, costeras e insulares, que por razones económicas, culturales y territoriales no pueden desplazarse hacia la Universidad Nacional y sus diferentes campus.
Asimismo, las personas que logren entrar bajo la figura de población de interés institucional, disfrutan de la modalidad de ingreso que permite que sean eximidos de la prueba de actitud que normalmente deben realizar los estudiantes para acceder a cualquier carrera que ofrezca la Universidad Nacional.
Alvarado agregó que es un proceso de discriminación positiva en la cual mediante entrevistas, verificación de las notas de presentación y estudios de condición socioeconómica, se definen cuáles estudiantes van a ingresar a la carrera.
Indicó que la UNA seguirá presente en las comunidades más vulnerables, para formar profesionales humanistas, con una actitud crítica y creativa que contribuyan con la transformación de sus propias comunidades.
“Estamos trabajando para brindar especial atención, a los sectores sociales menos favorecidos o en riesgo social de exclusión. Así como lo dice nuestro claustro universitario en su misión es -una Universidad Necesaria- y cuyo lema desde la división de Educación Rural lo hemos aplicado en cada una de nuestras acciones, así como continuamos llevando la Universidad Necesaria a diferentes puntos de nuestro territorio nacional”, agregó.
Por su parte, Silvia Rojas Herrera, coordinadora del Programa de Desarrollo Integral de las Comunidades Costeras explicó que, el trabajo académico que se realiza en las comunidades costeras cuenta con la dedicación de un equipo académico altamente comprometido y solidario, que desarrolla eficientemente los procesos de docencia, extensión e investigación, en estrecha vinculación con la vida de las personas que habitan en estos contextos.
“Porque con esta labor educativa impulsamos que se mantenga el arraigo de jóvenes a sus comunidades, nosotros y nosotras como Universidad Necesaria trabajamos con las comunidades rurales y costeras promoviendo el desarrollo local y con la confianza de que con su conocimiento y experiencia, aportarán al desarrollo de sus familias y de sus propias comunidades”, aseguró Rojas.
“Así inició un camino de servicio la Universidad Nacional a la sociedad costarricense, desde hace más de tres décadas, especialmente dirigido a jóvenes, y que nos da esperanza sobre todo para estas comunidades que en los últimos días fueron golpeadas por las inundaciones, y donde la Universidad Nacional de Costa Rica sigue estando presente a través de los diversos programas de educación”, expresó Alberto Salom Echeverría, rector de la UNA.
El rector reiteró el compromiso que tiene la UNA con la educación rural e indígena, las cuales se desarrollan en las áreas rurales con maestros unidocentes, donde se ha enfatizado como ejes la contextualización de la educación en el ambiente rural, el quehacer del maestro unidocente y la utilización del entorno entre otros.
Voces del Golfo
Ante este llamado de la Universidad Nacional con la apertura de Educación Rural para I y II ciclos, aproximadamente 200 personas realizaron el proceso de inscripción, de las cuales 70 cursarán la carrera.
Jael Jiménez Peña, de la comunidad de Jicaral, expresó su alegría ante la nueva oportunidad que tiene para continuar con sus estudios: “Estoy muy emocionada, porque tengo de nuevo una gran motivación para poder continuar desde mi comunidad los estudios en educación. Comunidades como las nuestras son las que necesitan estos valiosos apoyos porque no solo nos profesionalizamos, sino también que nos quedamos sirviendo en nuestras propias comunidades”.
Por su parte, don Manuel Antonio Obando, vecino de Lepanto de 74 años, dijo sentirse muy conmovido ante la oportunidad de estudios que abre la UNA a los jóvenes de su comunidad.
“Me emociona saber que nuestros jóvenes tienen esta gran oportunidad para estudiar; somos comunidades pobres y soy testigo de todo el trabajo valioso que la UNA hace para estas poblaciones, no solo en el campo de la educación, sino con las mujeres y los adultos mayores, los jóvenes, los pescadores artesanales, siempre preocupados por capacitarnos y ayudarnos a continuar como comunidad”, concluye.