San José, 30 mar (elmundo.cr)- En una buenas vacaciones por Costa Rica estamos seguros de que por lo menos vamos a ver algún perezoso, unos congos bulliciosos y varias aves bellísimas. Aunque estos parezcan mascotas más interesantes que el perrito que tenemos en la casa hace 10 años, debemos recordar que este tipo de animales estarán mejor en el área silvestre en que los vimos.
El daño que podríamos provocar sobre la zona protegida, la vida del animal o incluso el riesgo que llevamos a nuestra casa puede ser muy alto, por eso es importante recordar algunas razones para pensarlo bien antes de intentar extraer animales silvestres de áreas protegidas, bosques o zonas silvestres o comprar este tipo de animales a contrabandistas:
1. El animal está conectado a muchas otras especies. Pese a cramos que solo nos estamos llevando “un periquito” o una mascota, lo cierto es que ese animal probablemente era polinizador de alguna planta, o esparcía por medio de sus eses alguna otra. También podría cumplir la función de comer o ser alimento de otras especies animales, lo cual es parte del balance de la naturaleza, y la extracción de especímenes afectará la mayoría de las veces de manera negativa esta cadena.
2. Menos especímenes son menos oportunidades de reproducirse. Al hacer este tipo de extracciones no sabemos si ese espécimen era el único o uno de los pocos animales con capacidad reproductiva en el área. Otro problema es que limita las opciones para reproducirse de las especies, obligándolos ante numerosas extracciones, a reproducirse entre familiares, lo que debilita genéticamente a las siguientes generaciones.
3. De la libertad al cautiverio es un cambio que nunca se lleva bien. El animal que sufre este cambio, siempre se verá afectado en su salud, tanto física como psicológica. Nunca podremos dotar de todas las condiciones a las que el espécimen está acostumbrado, todas las plantas que tenía a disposición, su familia o sus opciones reproductivas, pero sobre todo su área de distribución. Si el animal va a estar enjaulado o estará en un espacio reducido con respecto a la amplitud del bosque en que vivía, tendrán efectos negativos en su salud.
4. Un daño para él, un posible peligro para otros. Un animal encerrado o sometido bajo estrés, puede reaccionar de manera violenta ante la interacción con otros animales (como nuestras mascotas o los seres humanos). Otra reacción posible es una depresión en el animal, lo que afectaría su sobrevivencia. Un animal que no esté en condiciones idóneas, es impredecible lo que lo convierte en una potencial mala experiencia para el animal y las personas que lo mantienen en cautiverio.
5. No sabemos que trae consigo. Un animal silvestre puede ser portador de microorganismos o enfermedades que nos pueden afectar.
Los animales siempre estarán mejor en su habitad, su libertad es parte de su instinto y cualquier violación de esto puede resultar bastante negativa para él y para quienes lo rodeen. Por eso el #TuristaResponsable sabe que la mejor forma de ver un animal es ese momento inolvidable en el que nos lo topamos en un sendero y nos quedamos quietos, esperando que no nos haya visto y no huya, o cuando vemos un ave perchada en una rama e intentamos reconocer sus colores y sus formas.
Para mejorar nuestras prácticas en estas vacaciones de verano Que Buena Lugar, el Centro Científico Tropical, CANAECO y El Mundo Cr unimos esfuerzos para contarles como ser un mejor turista con el ambiente y las comunidades que visiten en estas vacaciones.
¡Vale más una experiencia inolvidable que un bosque en el olvido!