San José, 13 jul (elmundo.cr) – Las tarjetas de crédito y débito con chip (conocidas como el modelo Europay-MasterCard-Visa) fueron las seleccionadas para implementar el pago electrónico del transporte público en Costa Rica.
Así lo anunció este jueves el el Banco Central de Costa Rica (BCCR), el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), el Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer) y la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).
Durante una conferencia de prensa, los representantes de estas instituciones anunciaron que tras analizar los modelos implementados en otros países, se decidió usar el modelo basado en tecnología abierta.
“En virtud de ello, la solución para Costa Rica propone el uso de tarjetas que incorporen un chip criptográfico con el estándar EMV (Europay-MasterCard-Visa) y la tecnología de pago por proximidad (contactless), siendo la industria financiera nacional el principal proveedor de instrumentos de pago con la habilitación de esas capacidades”, anunció el Banco Central.
En la actualidad, de las 8,2 millones de tarjetas de crédito y débito que circulan por el territorio nacional, 3 millones (37%) ya cuenta con esa tecnología, la cual debe estar instalada en todas las tarjetas a más tardar diciembre del 2018.
Según las autoridades, el modelo de pago electrónico de transporte público para Costa Rica fue ideado con base en las necesidades del sector transporte, así como del estudio a sistemas de recaudación empleados en las grandes urbes de Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, España, Francia, Japón, Turquía, Brasil y Colombia
Según estudios, el sector transportes de Costa Rica es el responsable del 30% del total de transacciones que se realizan usando efectivo, por lo que es necesario implementar alternativas más baratas y seguras, como lo son los medios electrónicos de pago.
“En el caso costarricense, el Sistema de Pago Electrónico debe garantizar condiciones sistémicas de diseño y funcionamiento que ofrezcan a los ciudadanos una propuesta de valor segura y eficiente, necesaria para facilitarles la cancelación de los pasajes en un ambiente óptimo de servicio”, dijo el Banco Central.
Las cuatro instituciones acordaron que el Sistema de Pago Electrónico de Costa Rica reúna 13 características: ser abierto (basado en estándares internacionales abiertos), ser universal (único para el servicio del transporte público de personas) e interoperable (de manera que las tecnologías admitidas no fragmenten la red de recaudación y el sistema en general).
La tercera de las condiciones tiene como fin facilitar el pago del transporte público a los casi 3 millones de turistas que visitan Costa Rica cada año, y cuyas tarjetas de crédito y débito ya tienen el estándar EMV.
Por otro lado, el sistema deberá ser eficiente (cumplir con condiciones de funcionamiento costo-eficiente), seguro (asegurar el funcionamiento del sistema, continuidad del negocio y protección de datos) e inclusivo (accesible a usuarios de bajo ingreso, estudiantes, adultos mayores, personas con discapacidad, extranjeros, residentes, turistas etc.).
Además, las instituciones acordaron que el sistema esté enfocado en el usuario (que satisfaga sus necesidades, expectativas y preferencias), práctico (funcionar por proximidad, sin requerir carga de fondos portables en otros dispositivos), disponible 24/7 y ser transparente, de modo que los entes reguladores obtengan información oportuna, relevante, completa y confiable sobre la operación del servicio.
Otra de las características que deberá tener el modelo de pago electrónico es que las terminales instaladas en los diversos medios de transporte público deberán tener la capacidad de autorizar el viaje, generar el registro de la transacción y garantizar que los datos de los clientes se mantengan seguros, con cifrado de datos.
SIGUIENTE PASO. Una vez definidos los lineamientos que deberá cumplir el Sistema de Pago Electrónico, las autoridades acordaron conformar dos equipos técnicos para su implementación.
El primer equipo será de negociación, el cual será el responsable de llevar adelante las negociaciones para establecer la relación comercial entre la industria financiera y del transporte, lo cual incluye la definición de la comisión cobrada sobre los ingresos tarifarios, la gestión del riesgo financiero por incobrabilidad, ciclos de cobro a los usuarios y ciclos de pago a los operadores, entre otros.
Este comité estará conformado por tres expertos de la industria bancaria, correspondientes a los tres bancos comerciales con más cantidad de tarjetas expedidas y en circulación, así como seis operadores del transporte (uno por cada cámara de autobuseros).
Los representantes bancarios deberán ser profesionales de nivel gerencial, mientras que los de la industria del transporte deberán ser profesionales con conocimientos en el área financiera.
“Todos los representantes deben contar además con habilidades de negociación, comunicación, estrategia de negocios toma de decisiones y trabajo en equipo. Asimismo, tener disponibilidad para participar en al menos una reunión semanal, integrar grupos de discusión y, eventualmente, asistir a seminarios y pasantías en el exterior para revisar experiencias internacionales sobre la materia”, plasmaron las autoridades de las cuatro instituciones.
El segundo comité será el de operaciones y se encargará de determinar las necesidades del negocio para darles una solución mediante los procesos de trabajo.
El comité deberá diseñar las soluciones tecnológicas para gestionar las reglas de negocio operativas, la estrategia de continuidad (mecanismos de contingencia) y los canales de reporte y distribución de información. Las entregas relacionadas con los componentes de la gestión de pasajes y del Sistema Central de Recaudo estarán a su cargo.
Para este caso, el equipo será conformado por seis expertos de los operadores del transporte (uno por cada cámara de autobuseros), quienes deberán ser expertos en los procesos relacionados con la logística de la operación del transporte, preferiblemente con conocimientos en tecnologías de la información y comunicación (TIC).
