San José, 10 oct (elmundo.cr) – El secretario general de Liberación Nacional, Miguel Guillén, se refirió a las notas enviadas por los expresidentes Oscar Arias y José María Figueres con motivo de la celebración del 74 aniversario del PLN.
Guillén recalcó que “ambas notas de los expresidentes Óscar Arias Sánchez y José María Figueres Olsen serán trasladadas a los órganos de dirección política y al comando de campaña, con el propósito de que sean analizadas y reflexionadas con la seriedad que merecen”.
“Ambos expresan, desde perspectivas distintas, una misma preocupación: el rumbo que lleva el país y el deterioro en la conducción del actual gobierno. Sus voces, nacidas de la experiencia y del amor por Costa Rica, deben ser escuchadas con respeto”, agregó.
Guillén reconoció que “el Partido Liberación Nacional vive un momento decisivo. Se cierra un ciclo histórico y se abre otro que exige madurez, visión y sentido cívico para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Don Óscar y don José María colaboraron conmigo en el esfuerzo de renovar nuestro partido, apoyando por ejemplo, reformas que eliminaron los puestos vitalicios y fortalecieron la representación interna. Hoy no participan en la campaña ni influyen en sus decisiones, pero su autoridad moral y su trayectoria no pueden ser ignoradas”.
“Ambos saben que ha llegado el tiempo de pasar la antorcha a una nueva generación de líderes. Confío en que nuestro candidato y el comando de campaña sabrán interpretar ese mensaje, impulsando una campaña que devuelva ilusión, confianza y esperanza al país”, sostuvo.
Guillén recalcó que “la renovación no es una ruptura con la historia, es su continuación valiente. He insistido que no debemos olvidar las hondas raíces que tenemos en la historia patria, si Liberación ha logrado tantas veces ver más allá, con sensibilidad social, movido por la búsqueda de la justicia social es porque nos elevamos sobre hombres de gigantes”.
“Liberación Nacional tiene la responsabilidad de ofrecer dirección en medio de la incertidumbre: de reconstruir la estabilidad social, política y económica que hoy demandan las familias costarricenses. Es tiempo de levantar la mirada, de recordar que servir a Costa Rica no es un privilegio: es una obligación moral ante la historia”, concluyó.