Se cumplen 50 años de la erupción del volcán Arenal

San José, 23 jul (elmundo.cr) – El próximo 29 de julio se cumplirán 50 años de la erupción del volcán Arenal que arrasó en tres días un área de 15 km2, con un saldo de 78 personas fallecidas y desaparecidas, pérdidas cuantiosas en agricultura y ganadería y la afectación de 230 km² adicionales.

Ese día, a las 7:30 a. m., el Arenal entró en actividad explosiva y destruyó los pequeños poblados de Pueblo Nuevo y Tabacón, localizados cerca del volcán. Las personas y los animales murieron por quemaduras, asfixia y golpes ocasionados por los bloques o rocas incandescentes que el coloso lanzó. La mayoría de estos productos alcanzaron distancias máximas de 5,5 km desde el cráter.

Tras varios siglos de permanecer inactivo, la súbita actividad de este pequeño pero enérgico volcán, situado entre las cordilleras de Guanacaste y Volcánica Central, fue similar a la del volcán de Fuego ocurrida el 4 de junio pasado en Guatemala, con una columna de cenizas de 8 km de altura.

Esta erupción del Arenal es considerada como la catástrofe volcánica más importante que ha afectado a Costa Rica, a raíz de la cantidad de personas fallecidas.

Por esa razón, se le cataloga como el volcán más peligroso de Costa Rica en cuanto a potencial de hacer daño, de acuerdo con el vulcanólogo Guillermo Alvarado Induni, investigador de la Red Sismológica Nacional (UCR-ICE).

“Es el volcán más peligroso de Costa Rica en cuanto a potencial de hacer daño, aunque el Irazú -en caso de una nueva erupción- puede generar muchas pérdidas a la economía y afectar severamente a Taras de Cartago, donde viven unas 6000 personas”, señaló el especialista.

Ese nivel de peligrosidad lo convierte, junto con el Cosigüina en Nicaragua y el Fuego en Guatemala, en los volcanes más peligrosos de Centroamérica en el corto y mediano plazo, debido a su frecuente actividad, tipo de erupciones y personas que habitan y trabajan en sus faldas.

No se sabe con exactitud si el Arenal tuvo otras erupciones a inicios del siglo XX. Hasta 1968, los pobladores lo consideraban “extinto”, al no existir registros históricos comprobados de su actividad.

Desde el 2010 el volcán se encuentra dormido, sin erupciones de lava, y solo presenta fumarolas de alta temperatura en su cumbre y salida de gases en forma de columnas blancas. Además, la actividad sísmica es muy baja.

El Arenal tiene una altura aproximada de 1720 metros y se localiza a 7 km al suroeste de La Fortuna de San Carlos, uno de los principales polos turísticos del país.

“Aunque el Arenal y sus áreas circundantes son muy hermosas, tarde o temprano el volcán despertará, por lo que debemos estar atentos y no colonizar sus faldas, sino dejarlas como una zona de amortiguamiento”, finalizó Alvarado.

Últimas noticias