Redacción, 9 mar (elmundo.cr) – Tras la denuncia que interpondrá México contra Costa Rica por la suspensión de importación del tipo de aguacate hass, el presidente de la Cámara de Exportadores e Importadores de Productos Perecederos (CEIPP), Randall Benavides, habló en una entrevista exclusiva con EL MUNDO sobre su postura, en la que pide al Presidente de la República, Luis Guillermo Solís, una intervención en el tema de manera inmediata para tratar de recuperar las relaciones entre ambos países.
¿Cree que la medida que ha tomado México ha sorprendido a Costa Rica?
-Yo pienso que sí. Para México el mercado tico es el 0,1% de su mercado, es decir, en datos más exactos, 700 contenedores son los que estamos importando en el último año. Eso representa una semana de consumo en Estados Unidos, es decir, se trata de una cantidad de exportación muy pequeña para México.
¿Por qué México decide dar este paso?
-Creo que los costarricenses que llevaron adelante el bloqueo del aguacate pensaron que México no se iba a preocupar por perder el 0,1% de su mercado, pero tocaron con la otra parte. Tocaron con el orgullo de los mexicanos. Su producto estrella no es tan limpio como dijeron entonces ellos sintieron un rechazo del país amigo, de Costa Rica, con el que ha tenido relaciones durante muchos años.
La gente no acepta que pongan en tela de juicio su sistema porque entonces puede suceder que Estados Unidos, por ejemplo, se sume a la decisión de nuestro país y decida también poner una restricción del aguacate. Si Costa Rica no logra variar su condición y continúa en su forma terca de llevar una restricción sin justificarla nos van a llevar a un terreno de legalidad, como ya ha sucedido y tenemos todas las de perder.
Sin justificar me refiero a que la mancha de sol no se trata de una enfermedad cuarentenaria y además está demostrado que se puede vivir con ella. Los amigos mexicanos ven cómo se les quiere cambiar los viveros, algo que no se hizo, por ejemplo, con Perú. Costa Rica le pide a Perú únicamente un certificado donde aparezca que el producto viene de áreas libres, sin embargo, a México, además de la certificación, se le pide cambiar viveros, transportarlos, cambiar las plantaciones… Hay una asimetría en el trato entre socios comerciales.
¿A qué se refiere con una asimetría?
-En el tema del trato del producto nosotros sentimos un desequilibrio total. A los exportadores e importadores se les mira con lupa y el nivel de exigencia es muy alto, en cambio, esto no sucede con los comerciantes del país. Yo como importador tengo que pasar una serie de requisitos como un análisis de residuos, de bichos… y si paso, bien. Sin embargo, si soy un productor de la feria del agricultor, ¿qué hago?. Bajo a la feria directo, nada más.
Como importador me siento como una moneda que se echa al aire, a cara o cruz, y no como debería ser según lo establecido en los tratados que establece un trato igual para todos. Este es un negocio muy rápido, con una dimensión económica muy importante y vemos que hay una distorsión de la realidad muy grande, donde todo esto se ha vuelto en un azar cuando lo que realmente debería ser es ciencia y técnica, por lo que la situación para un importador o exportador la situación a la que uno se enfrenta se ha convertido en un riesgo muy alto.
¿Podría haber conflicto real entre países?
-En términos comerciales, sí. En el momento que usted irrumpe en un producto eso irradia al resto. Aunque se trate de minimizar que estamos en un mundo civilizado, que ya hay comunicación por Internet y que todos somos hermanos, el hecho de decir ‘no, porque no’, eso te hiere. Y eso es lo que ha sucedido entre Costa Rica y México.
Un no injustificado, sin razón científica, sin proporcionalidad y sin tratos establecidos en los convenios tratados, no se llega a comprender.
Entonces, ¿cómo cree que se verá afectada el área comercial?
-El ministro y cargos del gobierno han tratado de minimizar el tema diciendo que se trata únicamente del problema con el aguacate. Sin embargo, yo pensaría en primera instancia que es cierto y que se trata de un producto específico, pero si lo analizo veo que no, porque no aplicaste la ciencia, la técnica, e irrumpiste lo último que se debe irrumpir que es el comercio y además se aplicaron las técnicas más aberrantes que se podían aplicar como es el ‘no, no y no’.
Es la primera vez que Costa Rica va a la Organización Mundial de Comercio (OMC) como acusado. ¿Qué consecuencias traerá?
-Sí, es la primera vez que nuestro país va a la OMC como acusado. Es ir a una guerra tecnológica con rifle de palo y sin balas. Yo lo veo complicado, lo que siento es que el presidente tiene que intervenir, no para que ponga orden, porque eso ya está muy visto, sino para que establezca prioridades y dimensione el problema.
Nosotros no hemos dimensionado la prioridad de este problema porque ya el ministro comenzó diciendo que no tenían plata como para afrontar este hecho. Eso creo que es lo de menos, el daño que se provocó a las empresas, ¿quién lo va a pagar? Nosotros tenemos pérdidas millonarias por una decisión de este tipo. El daño a las empresas mexicanas que no pudieron exportar sus productos, ¿quién lo va a pagar? Y eso que estamos hablando de 700 contenedores, de una cantidad pequeña.
El problema que vemos es que hay soberbia en el trato, por parte específicamente del SFE (Servicio Fitosanitario Costarricense) y el ministro de agricultura, porque están tratando el tema con mucha soberbia. Y la soberbia es la peor consejera de la vida y se acaba pagando caro. Espero que el ministro pague por este enredo que nos tiene metidos a todos porque no hay motivos, desde nuestro punto de vista, y de acuerdo a científicos que nos han asesorado, para actuar de esta forma.
Fue una decisión que se tomó sin tener en cuenta que Costa Rica podría salir perjudicado tras estar en la OMC con una acción en su contra…
-Totalmente. Lo que nos han dicho a nivel internacional es que somos un país pequeño, pero como nombre es muy grande. Es decir, no existe una relación directa entre el tamaño y el nombre de Costa Rica. Les preocupa porque Costa Rica siempre ha mantenido una posición muy recta en lo que al respeto a la normativa internacional se refiere y ahora estamos ante un problema de este tipo pero a lo grande, lo que podría perjudicar la imagen del país.
Antes se ha referido a la prohibición de importación injustificada. ¿A qué cree que se debe?
-No entendemos cómo en 20 años no ha existido contaminación de ningún tipo y hemos entrado productos sin ningún control y ahora hay tanta restricción repentina. Habría que preguntarse en primer lugar porqué se ha dado esto, y después, pediría ayuda a Chile porque recientemente ha hecho el mismo estudio con la labor de expertos científicos. Lo que no puede ser es que de la noche a la mañana se tomen este tipo de decisiones y cierren las relaciones el 5 de mayo y nosotros seguimos importando hasta el 5 de junio. Metimos más de 1.200 toneladas ante una emergencia nacional.
¿Estaríamos hablando de decisiones tomadas según intereses políticos?
-Tiene que ser como una política de gobierno, sí. No creo que sea solo una persona, como el de sanidad o el ministro, hay algo más detrás de todo eso y después se instrumentaliza y se llevan a cabo estas decisiones, de cerrar intencionadamente ciertos productos sin razón aparente. Sin embargo, no comprendo porqué convertir un negocio en algo ideológico.
Espero que al ver la decisión de México Costa Rica tenga la capacidad de corregir y tomar el camino costarricense, que es el diálogo, la buena intención y el respeto al marco jurídico. Los costarricenses hemos tenido la experiencia con Nicaragua, Panamá, y México, en cambio, la tiene con Estados Unidos, Canadá y Europa.
Siento que es como jugar en la liga de fútbol y nos vamos a enfrentar a alguien que está en la Primera División. Y nosotros, en cambio, con un equipo con más motivación que otra cosa, haremos un buen papel, pero probablemente quedaremos en las instancias previas.
¿Existe todavía la posibilidad de una negociación entre países?
-Siempre hay posibilidad. La negociación entre partes es parte de los procesos comerciales, lo que pasa que las partes tienen que ir con la intención de negociar. Ha habido reuniones en México, Costa Rica, Ginebra, otra vez en nuestro país y ahora, de nuevo, en México. Sin embargo, parece que no nos saludamos y no nos ponemos de acuerdo.
¿Repercutirá al país la no entrada de más aguacate hass?
-Desde luego que sí. De hecho, ya se está notando. En el mercado nacional por lo menos estás pagando un 70% más caro y recibes una calidad inferior. Ya hay quejas por parte de consumidores y además, nosotros que vendemos en todas las cadenas y restaurantes todos los días recibimos quejas de que no sirve, que es más duro, que es más caro… Ese es el pan nuestro de cada día.
El consumidor quiere pagar por un producto de calidad y ahora con el aguacate no se lo estamos dando. Insisto en que esperaríamos que el tema sea tomado por el presidente, no para una solución política, sino para que se haga un foro interno de técnicos, se revalore la medida y que ese razonamiento que Costa Rica tiene que hacer a lo interno nos permita bajo un esquema controlado reaperturar el mercado y que las partes se terminen de poner de acuerdo. Eso es lo que nosotros esperaríamos antes de vernos en la OMC, a sabiendas de que no tenemos muchos elementos para defendernos.