San José, 12 oct (elmundo.cr) – El proyecto 20.076 Ley Marco del Derecho Humano a la Alimentación y de la Seguridad Alimentaria y Nutricional “no va en contra del libre comercio ni del mercado”, señala el Dr. Hugo Muñoz Ureña, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica (UCR), quien se desempeñó como redactor del mismo.
El proyecto presentado a finales de agosto a la corriente legislativa por el Frente Parlamentario Contra el Hambre de América Latina, en conjunto con la Comisión de Agropecuarios tiene como objetivo tutelar el Derecho Humano a la Alimentación, mediante la regulación del bien jurídico de la Seguridad Alimentaria y Nutricional.
En el proceso de formulación se contó con la participación de diversas instituciones como: la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (SEPSA), el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el Consejo Nacional de Producción (CNP), el Ministerio de Salud (MISAN), el Instituto de Desarrollo Rural (INDER), el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), la Asamblea Legislativa, la Defensoría de los Habitantes, la Municipalidad de Santa Ana, el Instituto Tecnológico de Costa Rica, la sociedad civil y la Representación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
A este proyecto se han opuesto la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep) que considera que “debe ser archivado, dado los peligros que podría generar para el sector productivo”. Mientras que la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR) expresa que “representa un peligro para la libertad de empresa y parece una estrategia para desmantelar la libertad de comercio de alimentos; además de que es excesivamente proteccionista”.
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Es por esto que EL MUNDO conversó con el Dr. Hugo Muñoz Ureña para que explique la posición de los proponentes del proyecto en relación a la problemática que según la CICR y la Uccaep traería emparejada la aprobación del proyecto para los sectores productivos e importadores.
Según Muñoz “las críticas pareciera que se refieren a otro proyecto, es decir cuando uno lee los comentarios y las críticas que se han hecho pareciera que no han leído a profundidad el proyecto, o que se han hecho una imagen caricaturesca del proyecto en sus mentes y eso es lo que comentan”.
“Han señalado que el proyecto es proteccionista o que el proyecto es socialista o que el proyecto conlleva inseguridad jurídica y en todo caso lo que se sugiere en el fondo es que el proyecto es contrario al libre comercio. Aquí hay que entender que este es un proyecto de ley que tiene un enfoque basado en los derechos humanos, pone por ende a la persona en el centro de la reflexión, pero en ningún momento desconoce la utilidad que tiene el mercado incluido el comercio internacional a la hora de facilitar el acceso y la distribución de alimentos”, agrega.
El Dr. Muñoz aclaró que “el proyecto no va en contra del libre comercio ni del mercado, el proyecto sí se opone a un comercio por la libre, que no es lo mismo, un comercio del que no se tengan los controles y las regulaciones necesarias que haga que aquel que tiene el poder económico impone su ley”.
Muñoz mencionó que una de las disposiciones que han sido más criticadas es la que hace referencia a una prohibición excepcional a las exportaciones, sin embargo, explicó que el Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés), que es el texto fundador de la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo mismo que el acuerdo sobre la agricultura de esa misma organización, facultan a los estados en situaciones extremas a hacer eso.
“En la crisis del 2008-2009, la crisis alimentaria, en donde los mercados internacionales no tenían productos básicos que comerciar, precisamente los estados productores lo que hicieron fue no exportar sus productos, entonces son medidas que van contra el libre comercio, no, por qué no, primero porque los textos normativos lo permiten, incluso el proyecto de ley dentro de esa disposición que es tan llamativa por su título, remite directamente a esos acuerdos que han sido aprobados por Costa Rica, es decir queda ahí el fundamento del derecho internacional del comercio internacional que se tiene”, añade.
Para Muñoz asegurar que el proyecto conlleva inseguridad jurídica es falso “porque precisamente respeta en toda su amplitud las reglas del comercio internacional, porque estas reglas además no promueven un comercio depredador sino un comercio administrado, así es como hay que verlo, porque los países ricos Estados Unidos, la Unión Europea lo hacen así, sería descabellado pensar, que no es así, es decir que estamos dispuestos a sacrificar la seguridad alimentaria de las personas en cierto momento por garantizar un libre flujo de productos, es decir sería absurdo sostener eso, ahora en términos de la cotidianidad, cuando no hay una crisis, más bien el proyecto lo que hace es motivar diversos espacios para fortalecer el mercado”.
Junto a los espacios que ha potenciado la globalización como la instalación de centros de distribución y grandes supermercados, Muñoz rescata la existencia de una especie de economía que ha resistido la competencia internacional que se ve representada en las ferias del agricultor, los mercados municipales que promueven una serie de productos de consumo local.
“Son una serie de espacios que precisamente debemos potenciar que son herencia de un pasado visionario de los años ´40, ´50, ´60, ´70 donde se promovía precisamente mercados más abiertos, donde se pudiera distribuir y tener acceso a los alimentos y confrontarlo a una globalización económica que de todas formas está siendo repensada, a qué me refiero, la OMC no tuvo ningún problema en la adopción de una serie de políticas a nivel nacional tras la crisis alimentaria de 2008 eran necesarias y ningún país se quejó, porque todos sabemos que era necesario”, indica.
El cambio climático, indica Muñoz, es innegable, “la agricultura tradicional que llamamos, es poco resistente al cambio climático mientras que la agroecología se ha demostrado que además de que tiene un rendimiento por hectárea impresionante es más resiliente al cambio climático, precisamente por la interrelación de especies diferentes, entonces fomentarla no es para nada descabellado, es una forma de limitar la vulnerabilidad alimentaria”.
Finalmente, el Dr. Muñoz explica que la renegociación que se está dando a nivel internacional de acuerdos de libre comercio, como el NAFTA, es una oportunidad para repensar este tipo de tratados comerciales, en el sentido de que sean potenciadores del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“Las críticas (al proyecto de ley) son respetables, porque son emitidas efectivamente por corporativos que tienen su peso también político y transmiten opiniones, pero creo yo que en una discusión a fondo de los temas que toca y de la forma en que los busca regular, perfectamente se podría llegar a una conciliación de intereses que satisfaga a todos, y a todas las necesidades”, concluye.
