San José, 2 abr (elmundo.cr) – Consolidar la cadena del cacao, incrementar su productividad, desarrollar negocios competitivos y aplicar esquemas de producción sostenibles son los objetivos principales del Plan Nacional de Cacao 2018-2028 elaborado por el Gobierno de Costa Rica con el apoyo del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
El plan se enfoca en los pequeños productores de las regiones costarricenses Huetar Norte, Huetar Caribe y Brunca, y sus alcances se extienden a las áreas de insumos y servicios, producción, transformación, comercialización y consumo.
Para la formulación del plan, el IICA dio apoyo al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) costarricense a las cerca de 20 organizaciones que integran la Comisión Interinstitucional de Cacao, creada para ese fin.
“Con esta estrategia esperamos en cinco años pasar de 4.000 a 6.000 las hectáreas cultivadas con cacao, e incrementar de 3.000 a 3.500 las familias productoras en el país”, indicó el ministro de Agricultura y Ganadería, Renato Alvarado.
El plan permitirá realizar un análisis del estado y el potencial de la cadena del cacao para ajustar la producción a las características y los requerimientos de los mercados internacionales, consideró Miguel Ángel Arvelo, Representante del IICA en Costa Rica.
También posibilitará una sistematización de buenas prácticas, la incorporación de sistemas de producción sostenible, y la generación de esquemas de agregación de valor y comercialización que beneficien a los pequeños productores.
“Debemos reducir las brechas en difusión del material genético, técnicas de manejo del cultivo, estandarización de protocolos de fermentado y secado, acceso a fuentes de financiamiento diferenciadas, logística y gobernanza de la cadena”, explicó Arvelo.
En este último punto el IICA jugará un papel clave para enlazar a los actores de la cadena de cacao y otras iniciativas que trabajen en ella, en beneficio de los pequeños productores.
El plan también procura atender las necesidades de empleo en zonas rurales y vulnerables, así como robustecer las oportunidades comerciales del producto a nivel mundial a través del refuerzo de los atributos del cacao costarricense, posicionándolo como un producto gourmet por su sofisticación y buen aroma.