San José, 26 may (elmundo.cr) – El economista Ennio Rodríguez, quien actualmente preside el Colegio de Ciencias Económicas criticó la falta de una hoja de ruta del gobierno para enfrentar la crisis económica.
A continuación la entrevista dada por Rodríguez a EL MUNDO.
¿Cómo analiza el accionar del gobierno en el abordaje de la crisis económica previa y durante la pandemia?
Con anterioridad a la crisis económica, provocada por la pandemia del COVID-19, la economía costarricense venía desacelerándose y provocando un problema creciente de empleo. En esas circunstancias, el Gobierno había sido incapaz de presentar un programa de reactivación económica. Luego nos azota la pandemia y el problema económico se hace más serio por el creciente desempleo, el agravamiento del déficit fiscal y el financiamiento de algunas instituciones claves como la CCSS. La respuesta del Gobierno ha sido aislada, sin visión de conjunto, sin una hoja de ruta que nos permita tener algún grado de confianza que las autoridades económicas van a poder conducir la nave por las aguas de esta tormenta.
Costa Rica viene arrastrando por espacio de dos décadas, un problema fiscal al cual no se le ha dado solución. Uno de los costos principales de la falta de resolver el problema fiscal es que nos dejó sin el instrumental fiscal para poder reactivar la economía. Este era un costo que no era visible para muchos sino hasta que se presenta la crisis actual provocada por la pandemia y por las decisiones sanitarias para contener su expansión. Esto nos coloca en la retadora situación de tener que intentar reactivar la economía y, simultáneamente, resolver el problema fiscal, lo cual provoca que el uso de los instrumentos de política fiscal se deba enfocar a objetivos contradictorios, lo cual coloca a las autoridades económicas en la difícil situación de tener que escoger y privilegiar un resultado sobre el otro en un diseño que demanda la inteligencia de ordenar en el tiempo los instrumentos y efectos deseados.
¿Considera que la media eficaz para reactivar la economía es por medio de un aumento de impuesto o la creación de unos nuevos?
Para resolver o, al menos, mitigar el problema fiscal, las acciones deben abordarse tanto por el lado de los ingresos del Gobierno (aumento de impuestos y otras formas de obtener recursos) y, por el lado de los gastos (reducción del gasto mediante decisiones complejas pero posibles). Hasta hoy lo que el Gobierno ha mostrado es una preferencia para resolver o a amortiguar los efectos de la pandemia sobre las finanzas públicas por la vía de los ingresos, ya sea por financiamiento internacional, lo cual quiere decir trasladar a las próximas generaciones los problemas no resueltos por la generación presente, e incluso se ha hablado de nuevos impuestos. Por el lado de los gastos, se han presentado algunas iniciativas tímidas de contención de su crecimiento. Desde un punto de vista político es difícil poder tomar decisiones solo por el lado de los ingresos o solo por el lado de los gastos; de ahí que las autoridades han optado por el camino de la menor resistencia: el endeudamiento internacional. El abordaje del problema fiscal debe ser integral y equilibrado entre ingresos y gastos, para lo cual es imprescindible presentar una visión de conjunto que aclare cuáles son las metas que se pretenden lograr y las decisiones necesarias y suficientes para alcanzarlas.
¿Considera que es posible hablar en este momento de reactivación económica cuando aún estamos en medio de la pandemia?
Deberíamos estar discutiendo, sin más demora, la hoja de ruta para el manejo de pandemia fiscal y de la reactivación económica porque muchas de las decisiones no se deben postergar. Si bien tiene prioridad combatir los efectos sociales de la pandemia como resultado de los problemas económicos, también es cierto que, si no se tiene claro el rumbo económico, arriesgamos estar tomando decisiones que no sean las mejores desde el punto de vista de la reactivación económica. Necesitamos claridad en cuanto a objetivos, selección de instrumentos y sendero por el que se pretende guiar a la economía. El hecho que el Gobierno no haya presentado su hoja de ruta es, en sí mismo, un elemento que detiene la reactivación, al no generarse la confianza de consumidores y emprendedores, necesaria para su toma de decisiones.