PLP critica que gobierno PAC condecoró a dictadura cubana que hoy reprime al Movimiento San Isidro

"Somos el partido de la gente que sabe que las libertades no se quedan en lo económico, sino que pasan por el ámbito social y político".

San José, 27 nov (elmundo.cr)- El secretario general del Partido Liberal Progresista, Eduardo Brenes, recordó que “hace exactamente un año nuestro gobierno, a través de la Cancillería otorgaba al embajador cubano saliente, representante de la dictadura más longeva de América Latina, la condecoración de la Orden Nacional Juan Mora Fernández en el grado de Gran Cruz Placa de Plata”.

Ante esto, Brenes desatacó que “ayer, esa dictadura a cuyo representante condecoró nuestro gobierno, desalojaba a un grupo de 14 jóvenes activistas del Movimiento San Isidro, quienes desde hacía una semana se habían encerrado en un viejo apartamento en ruinas de la Habana como señal de protesta contra la represión y el ataque a la libertad de expresión de los opositores del régimen en esa isla”.

De igual forma el secretario aseveró que “algunos de ellos se habían declarado en huelga de hambre y su encierro había tenido bastante repercusión internacional por el acoso que sufrieron durante esa semana por parte de las fuerzas de seguridad del estado quienes no cesaron de presionarlos, prohibir la llegada de familiares al lugar del encierro y la negativa de permitir que periodistas o agentes diplomáticos de otros países, o de organismos internacionales de defensa de los derechos humanos los visitaran”.

Asimismo rememoró que “el detonante de la protesta del Movimiento San Isidro, que incluía a 9 hombres y 5 mujeres, artistas, periodistas y activistas, fue la detención el día 9 de noviembre, del rapero cubano Denis Solís, miembro de este movimiento, y su posterior procesamiento por desacato y un juicio exprés de 2 días donde lo condenaron a 8 meses de prisión por haberse enfrentado a un policía que a principios de noviembre llegó a su casa de habitación a revisarla sin ninguna razón”.

“El desalojo del Movimiento de San Isidro, sin ninguna razón o fundamento legal —ahora resulta que en Cuba es prohibido que 14 personas se reúnan en una residencia privada— se dio aduciendo razones sanitarias. Las autoridades cubanas se agarraron de esas “razones sanitarias” por el asunto del COVID, al haberse unido al movimiento en días pasados el periodista cubano radicado en el exterior Carlos Manuel Álvarez”, resaltó.

Brenes hizo hincapié en que “a pesar de que ese periodista se había hecho la prueba del PCR antes de tomar el vuelo para la Habana y le salió negativa, se usó esa excusa como razón para entrar por la fuerza al apartamento donde estaban, cortar la señal de internet en toda la isla por unas horas para que no se pudiera transmitir el desalojo, y usar a un batallón de 60 policías disfrazados de autoridades médicas para desalojar a poetas, artistas y periodistas que hacían resistencia pacífica desde el interior de una residencia”.

El Movimiento San Isidro, que se creó en 2018 y que toma el nombre del barrio  e la Habana donde tiene su sede, fue creado por el artista Luis Manuel Otero Alcántara luego de que el gobierno aprobara el controvertido Decreto 349, que regula la expresión artística en la isla.

Luego del desalojo fueron llevados a comisarías de policía, afirmó Brenes “los hombres todos juntos en una perrera y las mujeres en patrullas separadas. Los detuvieron por varias horas y luego los devolvieron a sus casas y les prohibieron salir de ellas por varios días, recordemos que la excusa es el COVID; no sin antes devolverles sus teléfonos reseteados e inservibles. Porque claro seguramente el teléfono con acceso a internet es un nuevo transmisor del COVID y las autoridades cubanas velan por la salud de estos pacíficos opositores a quienes la prensa oficial del régimen tildan de terroristas, “personas en condiciones socioeconómicas desfavorables”, que no trabajan o poseen antecedentes delictivos y que pareciera resultan un peligro a la seguridad del estado desde su pacífica protesta habanera”.

“Esta dictadura ha durado tanto porque se le mira con otros ojos, se le justifica de todas las maneras posibles y existe una “intelligentzia” latinoamericana que ha validado por años sus atropellos a los derechos humanos”, concluyó.

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