Perspectiva al cierre de año apunta a un mayor déficit fiscal, señala Observatorio Económico y Social de la UNA

San José, 2 jul (elmundo.cr) – La combinación de una serie de factores provocaría que, al cierre del 2024, el déficit fiscal (diferencia entre ingresos y gastos) sea mayor que el del año anterior, lo que estruja más las posibilidades de que a mediano plazo el país cuente con más recursos para inversión social o para obras de infraestructura.

Esta perspectiva está contenida en el Análisis de Coyuntura Fiscal del primer trimestre de 2024, a cargo del Observatorio Económico y Social (OES) de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (UNA).

Por un lado, se evidencia una baja en la generación de ingresos, principalmente a través de la recaudación de impuestos y, por otro lado, se muestra un aumento en el gasto público en los primeros cuatro meses de este año, comparado con similar periodo del año anterior.

En reiteradas ocasiones el actual Gobierno ha destacado la capacidad fiscal de alcanzar un superávit primario (diferencia entre ingresos y gastos, sin considerar el pago de intereses de deuda). Sin embargo, ese colchón parece estarse desinflando.

Mientras que en el periodo enero-abril de 2023 ese superávit era un de un 1% del producto Interno Bruto (PIB), para este primer cuatrimestre del año este indicador bajó a un 0,60% del PIB.

Mientras que el déficit financiero fue del 0,70% hace un año, en este 2024 representa un 1,10% del PIB. De continuar esta tendencia, reseña el estudio, se prevé que para el cierre del año se ubique alrededor del 3,5%.

“El Observatorio Económico y Social llama la atención de que esta situación podría hacer más difícil la reducción del nivel de deuda por debajo del 60% del PIB, lo cual implicaría que las medidas más restrictivas de la regla fiscal van a seguir vigentes durante un año más y con esto seguirán restringidos los gastos de capital y los ajustes salariales en el sector público”, manifestó Fernando Rodríguez, coordinador del OES.

La regla fiscal es un mecanismo creado por la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, la cual impone un tope al crecimiento del gasto público, de acuerdo con el nivel de endeudamiento del país y la situación económica. Entonces, si la relación deuda-PIB cae por debajo del umbral del 60% se abriría la llave para una mayor inversión en gastos de capital, ajustes salariales al sector público y a las pensiones, y un incremento del presupuesto nacional.

Ingresos caen

El informe destaca que desde noviembre de 2022 y hasta la fecha se evidencia una desaceleración en el comportamiento de los ingresos tributarios. Casi todos los impuestos, excepto el selectivo de consumo y el único de combustibles han mostrado un crecimiento.

Lo anterior se explica por un dinamismo mostrado en el mercado de importación de vehículos que se ve beneficiado además por la caída en el tipo de cambio, la estabilidad en las tasas de interés y una reducción en los precios de los combustibles en la mayor parte de 2023.

En contraposición, uno de los impuestos que más aportan a la recaudación tributaria como el de ingresos y utilidades (renta) sufrió una desaceleración más marcada desde marzo de 2023, y registró una caída en los meses de marzo y abril de este año.

Incluso desde el 2021, este tributo ha venido perdiendo peso, con respecto al PIB. En ese año, el impuesto a los ingresos y utilidades representaba un 1,86% de la producción y al cierre de abril de 2024 bajó a un 1,67%.

Una de las explicaciones para este fenómeno es que en marzo se cerró el plazo para el pago del impuesto correspondiente a la liquidación de renta del año fiscal 2023. Además, influyeron el congelamiento en los salarios del sector público y un bajo incremento de este rubro en el sector privado. En el caso del pago de renta de las empresas, afectó un menor crecimiento en algunos sectores de la economía.

El otro impuesto de mayor relevancia en la composición de los ingresos totales es el de Valor Agregado (IVA) que ha mostrado una mayor estabilidad con un crecimiento interanual de 4,45%, aunque con una tendencia hacia la desaceleración. Su aporte al PIB se mantiene en un 1,66% idéntico al de hace un año.

En suma, los ingresos totales con respecto al PIB acumulan ya tres años consecutivos de reducción. Al cierre del primer cuatrimestre de este año representaron un 5,14%, mientras que en el 2021 fue de un 5,44%.

Al respecto, el Observatorio hace un llamado a evitar un debilitamiento adicional al sistema tributario del país, con reducciones adicionales de impuestos o la aprobación de nuevas exoneraciones, como ocurrió el año anterior con el impuesto a la propiedad de vehículos, uno de los componentes del pago del marchamo.

Gasto aumenta

Incrementos en los rubros de remuneraciones, gasto de capital y en el giro de transferencias al sector público incidieron en un crecimiento del gasto público total en los primeros cuatro meses del año. Si se globaliza con respecto al PIB, el indicador aumentó de un 6%, en el 2023, a un 6,24% este año.

El pago de intereses de la deuda pública también registra un crecimiento, aunque en menor medida, ayudado además por las reducciones sostenidas en el tipo de cambio y de las tasas de interés domésticas. A pesar de ello, este gasto representa un 1,75% del PIB, y supera el 1,72% reportado en abril de 2023.

“Nuevamente, reiteramos la necesidad de impulsar una política pública que reduzca el costo del financiamiento de la deuda pública, pues el país está consumiendo una cantidad de recursos cada vez mayor en el pago de intereses, que podrían ser utilizados en la atención de necesidades apremiantes de la población”, indica el estudio.

Para el Observatorio, el espacio de ajuste fiscal por la vía del gasto público es muy reducida, en vista de que existen sectores que urgen de una mayor asignación de recursos, como seguridad pública ante el incremento de la violencia, educación pública, programas sociales e infraestructura.

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