San José, 15 nov (elmundo.cr) – El Informe Estado de la Nación, con 30 años de análisis a su haber, revela que la transición de Costa Rica a una economía de servicios ha tenido efectos tanto positivos como negativos, dejando sectores de la población en la sombra de los beneficios.
Jorge Vargas Cullell, director del PEN, expresó su preocupación: “Las exportaciones de bienes y servicios se multiplicaron casi ocho veces entre 1990 y 2023, un gran logro, pero descuidaron los encadenamientos entre el sector exportador y el resto de la economía”.
A medida que la economía se desplazaba de la producción agrícola y la manufactura hacia los servicios especializados, especialmente en zonas francas, el país experimentó un aumento en bienestar general, pero también en desigualdad.
Según Vargas Cullell, esta estrategia de desarrollo “aumentó el bienestar social, pero también la desigualdad de ingresos”, evidenciando una desconexión entre el sector exportador y el resto de la población.
El informe también subraya que el modelo de zonas francas, el principal motor económico de los últimos años, cuenta con exoneraciones fiscales que limitan el retorno directo al gobierno.
Vargas Cullell critica esta dependencia: “El fisco saca poco caldo de su crecimiento”, lo cual añade presión a la ya frágil sostenibilidad fiscal del país. Este escenario de crecimiento económico, sin suficientes vínculos con otros sectores, contribuye al aumento de las brechas socioeconómicas, dejando a muchos costarricenses fuera de los beneficios que sí llegan al sector exportador.
