Elecciones 2018

Patricia Mora: “Los costarricenses se dieron cuenta que no comemos chiquitos”

» Mora recuerda la campaña pasada con un sabor agridulce

» EL MUNDO conversó con la frenteamplista acerca de éste y otros temas, donde incluso dio su parecer sobre lo que ocurre en Venezuela

Patricia Mora, diputada presidenta del Frente Amplio. Foto: Luis Madrigal / El Mundo CR
Patricia Mora, diputada y presidenta del Frente Amplio. Foto: Luis Madrigal / El Mundo CR

San José, 27 dic (elmundo.cr)- “Una campaña de terror”, así resume la actual diputada y presidenta del Frente Amplio, Patricia Mora Castellanos, el proceso electoral anterior (2010-2014), que colocaba a José María Villalta como puntero en las encuestas.

Mora recuerda la campaña pasada con un sabor agridulce, aunque para ella, ya los costarricenses se dieron cuenta que su agrupación política “no come chiquitos”.

En una segunda entrega, EL MUNDO conversó con la frenteamplista acerca de éste y otros temas, donde incluso dio su parecer sobre lo que ocurre en Venezuela. Acá un extracto de la entrevista:

¿La campaña pasada les dejó un sabor agridulce?

Era agridulce, ese es el calificativo…

¿Hubo manipulación en esa campaña?

Hubo una arremetida. En diciembre del 2013, las encuestas decían que José María Villalta encabezaba la intención de voto y hubo una campaña que yo llamaría casi de terror iniciando.

A mí me llamaban periodistas para decirme que tenían dudas relacionadas con que si yo de llegar a la Asamblea iba a impulsar leyes para expropiar a gente que trabajaba con cinco gallinas, dos cerdos y les decía que no, ¿cómo se le ocurre?

Pero bueno, se instaló una campaña que caló entre la población y que hizo que se le temiera a la posibilidad de un triunfo del Frente Amplio.

¿Por qué al país le cuesta tanto aceptar ideológicamente al Frente Amplio que es más de izquierda o más socialista?

Bueno. Hay una serie de prejuicios que se han asentado en la población costarricense. Creo que cada día con menor peso, cada día los costarricenses se dan cuenta de que no comemos chiquitos en el desayuno, no nos gustan los chiquitos fritos, no es por ahí nuestro asunto.

Creo que nuestro desempeño, hoy que estamos ya presentes en municipios, que hemos tenido una fracción, pues desgraciadamente no ha sido la mejor vitrina para nosotros en esta nueva participación electoral.

Estamos teniendo muchísimo más cuidado en la escogencia, no hemos quedado satisfechos con la totalidad de las personas que ocuparon una curul gracias al trabajo incansable de un partido, que trabaja con las uñas, chancleteando literalmente.

Hay intereses poderosos que se mueven, intentando convencer a la población de que les vamos a quitar el carrito, de que los hijos van hacer adoctrinados, la izquierda en Costa Rica, perdón que lo diga con enorme orgullo, no tiene una mancha, no hemos robado, no hemos vendido los intereses de la Patria.

Sí habremos cometido errores, pero hemos dado muestras de honestidad y de inteligencia política. Desde que el partido donde participé y nací aparece en la vida pública, que fue el partido comunista en este país, las grandes reformas en los años 40, se debe a una organización política que supo lo que yo tengo clarísimo: Si aquí anteponemos los intereses de la Patria y no los intereses de un partido, Costa Rica seguirá adelante,

Lo perverso es pensar que hay que levantar una banderita partidaria, no, se levantan las banderas del país, como hizo la izquierda en la década de los 40  y se alió con la iglesia, con el gobierno y depuso las armas, para que el bando ganador no echara para atrás las reformas sociales.

¿Peligra que con todo el caso del cemento y el descontento surja un Trump en Costa Rica?

Tenemos ese enorme peligro, yo confío mucho en el alto nivel educativo de la ciudadanía nuestra, que perdón, pero creo que es muchísimo mayor que el de la ciudadanía norteamericana.

Creo que aquí contamos con una ciudadanía altamente alfabetizada y altamente politizada, pero esos riesgos se corren y había que correrlo, o ¿hasta cuándo vamos a seguir tapando?, pues sí qué tirada, pero llegó el momento de destapar eso.

Nuestra institucionalidad ha dado muestras de que tiene fuerzas para recuperarse y defenderse.

A nivel de Latinoamérica hemos visto gobiernos de izquierda. ¿Sería muy diferente un gobierno del Frente Amplio a esos sistemas?

No son comparables, Costa Rica tiene unas particularidades y creo que la izquierda en este país ha demostrado que respeta esa idiosincrasia, esa llamada vía costarricense. Es decir yo puedo alabar medidas de otros gobiernos progresistas de América Latina, pero no pienso seguir ninguno de esos caminos.

Cuando lleguemos a Zapote no seguiremos ninguno de esos caminos, seguiremos el camino costarricense, que es el del acuerdo, el del diálogo, el de respetarnos entre nosotros y nosotras. Así que esa es la postura del Frente Amplio.

Ciertos sectores los han querido vincular con el régimen de Maduro y de Venezuela…

Pues sí, pero de manera interesada. En Venezuela, el señor Chávez era un militar, aquí no tenemos ejército. Es decir, un proceso que no tiene nada que ver con el nuestro.

¿Ha equivocado Mauro el camino en Venezuela?

No te podría decir si lo ha equivocado o no. Hay medidas que no he compartido, hay otras que sí he compartido.

Ahí hay una verdadera distribución de lo que ha sido la factura petrolera y también eso ha despertado odios en unas clases o sectores que estaban acostumbrados a repartirse una factura multimillonaria que les entra por petróleo. Creo que hay indicadores sociales que dicen que esta repartición ha sido más justa.

El hecho de que yo crea que hay cosas loables y que defendería, no quiere decir que sea ciega ante la postura y situación de Venezuela ni de ninguno de los países.

Costa Rica está más cerca de lo que pudo haber sido un gobierno de Pepe Mujica, en Uruguay, porque las tradiciones de ahí y Costa Rica se parecen más por su trayectoria histórica. Con los otros países no tenemos más que el ser latinoamericanos, pero no tenemos como historias en común.

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