Heredia, 4 jun (elmundo.cr) – El Observatorio Económico y Social, de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (UNA), solicitan a los diputados rechazar el proyecto de jornadas 4×3 por ser perjudicial, tanto para las personas trabajadoras como para las empresas en el país y, por consiguiente, para nuestra economía.
Según el Observatorio “al proponer la creación de jornadas ampliadas de trabajo a un menor costo, Costa Rica está apostando a crear condiciones de competitividad empresarial basándose en el dumping social. Para un país de renta media con un nivel de desarrollo humano alto, esto es un retroceso, pues más bien se debería apostar por la transferencia de conocimiento, el incremento en los niveles de formación laboral y la mejora de la productividad del trabajo, como una estrategia para competir en atracción de inversión”.
“Competir mediante la reducción del costo laboral perjudicará las posibilidades de ascenso social de la clase trabajadora, tendrá un efecto negativo en el consumo de las familias y afectará a la economía nacional. Valga decir, además, que como país miembro de la OCDE nos pone contra la tendencia entre los países de esa organización, de reducir jornadas de trabajo semanal”, agregan.
De igual forma indicaron que comprimir la jornada semanal afecta la dinámica familiar, además hace hincapié en la falta de un sistema universal de cuido que opere las 24 horas al día.
“La extensión de las jornadas de trabajo podría hacer aún más difícil el acceso de las mujeres al empleo y desmejorar su participación en el mercado de trabajo, en la medida que se complique la conciliación de sus actividades en el hogar con las responsabilidades de su empleo”, sostienen.
El Observatorio manifestó que “la condición de voluntariedad en el caso de las jornadas de trabajo extendidas difícilmente se mantendrá en la práctica, debido a que las empresas no podrán sostener dos esquemas de trabajo, en el que un grupo de trabajadores labore en jornadas extendidas y otro en el que se labore un máximo de 8 horas por día”.
“Con la propuesta se estaría autorizando una jornada laboral anualizada que está por encima del promedio de OCDE en casi 600 horas, para un promedio semanal adicional de 11,3 horas más de trabajo en relación con el promedio OCDE. Costa Rica debería, más bien, avanzar a una reducción paulatina de la jornada anual de trabajo, que se refleje también en una reducción de la jornada semanal”, comentaron.
El Observatorio insistió en que “laborar durante largas jornadas puede aumentar las muertes por enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares, según un comunicado de la OIT del 2021, que cita un estudio del año 20162”.
“Trabajar más horas al día, por lo tanto, pondría en riesgo a los trabajadores del país, afectaría su estado de salud y generaría una presión adicional sobre los servicios que presta la seguridad social costarricense, lo que redundaría en costos de atención mayor, costos mayores por cobertura de incapacidades y en mayores atrasos en la atención de otros casos vinculados (por la mayor presión en las listas de espera)”, agregó.
También mencionan que “al ampliar la jornada de trabajo diaria a 12 horas, es esperable que la capacidad productiva de las personas decline conforme avanza el día, o sea, serán mucho menos productivos en la hora doceava de trabajo que en la primera hora de sus jornadas laborales”.
Por lo que recomiendan:
- Centrarse en mejorar la productividad del trabajo, más que en reducir el costo de nuestra fuerza laboral.
- Mejorar las capacidades, conocimientos y destrezas de los trabajadores para que sean más competitivos y productivos.
- Trabajar en la universalización del servicio público de cuido, garantizando los recursos para su ampliación en cuanto a tamaño y alcance territorial, de forma que se facilite no solo la permanencia de las personas trabajadoras, especialmente las mujeres, en el mercado de trabajo, sino también, que promueva una mayor inserción laboral de ellas, especialmente, en mejores condiciones que las actuales.