San José, 14 ago (elmundo.cr) – Los estudiantes de la especialidad de Radiología e Imágenes Médicas de la Universidad de Costa Rica (UCR) están ayudando a disminuir las listas de espera en los hospitales públicos del país con impactantes resultados.
Tan solo del 2016 al 2017, los jóvenes realizaron 3 704 ultrasonidos en el Hospital Calderón Guardia. En ese mismo período, en el Hospital Carlos Luis Valverde Vega, los alumnos efectuaron otras 908 pruebas; en el San Juan de Dios elaboraron 2 102 y en el Hospital México, 1 204. En total ejecutaron 7 918 procedimientos diagnósticos siempre bajo la supervisión docente.
“La UCR inició esta idea en el 2016, los primeros residentes se trasladaron a San Ramón. Otros hicieron los exámenes en el Hospital México, en el San Juan de Dios y en el Calderón Guardia. Únicamente en San Ramón, se logró realizar más de 900 estudios programados a cinco años plazo. Este lugar era uno de los sitios con mayor necesidad y en el que logramos impactar favorablemente”, afirmó el Dr. Manuel Hernández Gaitán, coordinador de la especialidad.
El aporte de estos estudiantes ayuda a agilizar los ultrasonidos más requeridos por los pacientes de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS); entre ellos: el de abdomen, cuello, vías urinarias y mamas, necesarios para lograr un diagnóstico temprano y así dar inicio al tratamiento curativo correspondiente.
El tiempo total que brinda cada alumno es de 100 horas prácticas en los centros médicos que define la CCSS. El trabajo de los futuros especialistas toma fuerza en la lucha diaria contra los padecimientos que más aquejan a los costarricenses como, por ejemplo, el cáncer de mama. Según el Dr. Hernández, si se descubre la presencia de esta enfermedad de forma temprana, el porcentaje de cura es casi del 90 %.
Hacia las zonas vulnerables
El objetivo actual de la UCR es aumentar su presencia en las áreas rurales. Este 2018 ya se dio un primer paso y, por primera vez, dos estudiantes salieron del gran área metropolitana hacia el sur del país.
Los jóvenes fueron el Dr. Ángelo Santamaría Cianca y el Dr. Eduardo Zamora Cabezas. El primero estuvo en el Hospital de Golfito, de mayo a julio, y efectuó 443 ultrasonidos. La misma experiencia la compartió el Dr. Zamora, pero en Ciudad Cortés.
Sin embargo, el esfuerzo de ambos se dio después de múltiples acciones que gestionaron ante la CCSS para conseguir los permisos correspondientes. La solicitud la presentaron un año antes de su práctica y no constituye una oportunidad fija para las próximas generaciones.
Por ese motivo, la Universidad de Costa Rica ahora busca consolidar una rotación comunitaria en territorios alejados que presenten una clara necesidad de reducir listas de espera. Para lograrlo, se presentó una propuesta ante la gerencia médica de la CCSS en el primer semestre del 2018, la cual se aceptó favorablemente cuando la Dra. María Eugenia Villalta ostentaba el cargo.
Con ese apoyo inicial, solo hace falta el visto bueno de otras cuatro dependencias. Si se logra, los estudiantes de la UCR pasarían de aportar 100 horas de trabajo a 320 (dos meses de práctica). Se estima que esta contribución triplicaría la cantidad de ultrasonidos. Solo un estudiante sería capaz de hacer 640 procedimientos al concluir las ocho semanas, esto si ejecuta un mínimo de dos por cada hora laboral.
“Los residentes son un aporte increíble para solucionar los problemas de los pacientes, especialmente para aquellos con patologías complejas. Entonces, esta iniciativa de llevar a los médicos residentes a zonas distantes es increíble. Debemos pensar en esos hospitales que tienen solo un especialista e imaginar lo que sería para este radiólogo que llegara alguien a apoyarlo en su trabajo. Creo que le vamos a dar todo el apoyo a esta iniciativa”, señaló el nuevo gerente médico de la CCCSS, el Dr. Roberto Cervantes Barrantes.
El Dr. Hernández enfatizó que esta labor es una acción conjunta entre dos instituciones públicas, cada una con roles específicos: la UCR dará el recurso humano y la Caja la parte institucional. El objetivo es que los residentes estén constantemente acompañados, cuenten con tutores que los reciban y, además, posean la infraestructura adecuada para ejecutar sus labores.