Los límites de la digitalización: el auto sin papeles aún está lejos

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Los documentos oficiales sólo pueden tener una sola versión original y con sello de validez. Crédito: Inga Kjer / dpa-tmn

Por Claudius Lüder (dpa)

Hamburgo, 13 may (dpa) – E-Paper en lugar de periódico en papel, un billete en el smartphone en lugar del clásico, agenda digital en lugar de una libreta: la digitalización no tiene freno y el auto no es una excepción.

Sin embargo, los documentos oficiales se resisten, ya que la licencia de conducir o los documentos del vehículo se estampan en papel especial para evitar falsificaciones.

“Son documentos oficiales que sólo pueden tener una sola versión original y con sello de validez”, dice Daniela Mielchen, abogada especializada en derecho vial en Hamburgo.

Si un conductor es parado en un control de tránsito, hay dos documentos que debería tener siempre preparados: la licencia de conducir y el permiso de circulación del vehículo. Si falta alguno de ellos, se puede incurrir incluso en una multa.

El conductor tampoco tiene que dejar toda la documentación del vehículo de forma permanente en el auto, aunque sí el permiso de circulación y una prueba del pago del seguro, que pese a no ser obligatorio, sí ayuda para la tramitación de un accidente.

También es necesario un documento si se usa un remolque, que es especial en caso de que se permita al vehículo circular a más de 100 km/h. Y según qué piezas se usan en el caso del tuning también requieren un permiso especial.

Entre los papeles también está la hoja de servicio, en la que se documentan las reparaciones del vehículo. Ya en 2005 Mazda introdujo un documento digital, lo que ha sido imitado por otras marcas que centralizan y almacenan los trabajos de inspección.

“El talonario digital tiene mucha seguridad contra falsificaciones. Con los documentos en papel, por contra, se pueden hacer copias y alterar el número de kilómetros”, dice Jochen Münzinger, de Mazda.

Con cada certificado digital el cliente recibe un impreso actual en el que se detallan todos los trabajos y sirve de prueba del estado del vehículo en caso de venta.

En el futuro esos datos podrían ser vistos también por el cliente en Internet si se registra con el número de bastidor.

También el libro de a bordo se ve cada vez más en formato digital. Algunos fabricantes sólo lo suministran si hay una demanda especial. En muchos está integrado en el computador de a bordo y disponible directamente por ejemplo a través del navegador.

Se recomienda que en todo caso haya unas instrucciones siempre en el vehículo, sea cual sea el formato, ya que puede haber situaciones en las que haya que responder preguntas sobre el vehículo incluso sin conexión a Internet.

Las posibilidades de un libro de a bordo digital son variadas. Algunas marcas desarrollan bajo la clave ‘Virtual Reality’ soluciones digitales en las que una App muestra al conductor dónde puede mirar por ejemplo el estado del aceite.

Es muy probable que siga suministrándose durante mucho más tiempo el manual en papel junto a la versión digital. “Es más práctico a veces hojear algo que tener que abrir un archivo”, afirma Münzinger.

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