San José, 26 may (elmundo.cr) – De esa manera reaccionó el diputado de Nueva República, Harllan Hoepelman a la entrada en vigencia del matrimonio igualitario en Costa Rica.
Para Hoepelman “no hay nada que celebrar, la objeción de conciencia está en peligro. Con la imposición del “matrimonio homosexual”, en Costa Rica se dejó de lado la democracia”.
“Estamos en medio de una coyuntura jurídica que algunos han querido camuflar de religiosa. Es que claro, es muy fácil atacar a las personas por sus valores y principios más sagrados, por su fe, por sus creencias y convicciones, valiéndose de la máscara de la victimización social”, agregó.
Hoepelman explicó que “en Nueva República no estamos hablando de religión sino de jurisdicción, de autodeterminación de los pueblos y de soberanía. Como en los tiempos del filibusterismo, fuimos invadidos por seis extranjeros que, validos de su posición de jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos con el respaldo del gobierno PAC, de sus aliados y de sus súbditos políticos, de la prensa parcializada y de la mayoría de la Sala Constitucional, han orquestado esta estrategia para violentar nuestra soberanía territorial, legal y moral, pero por supuesto, eso no le importa a quienes lo han promovido y hoy finalmente lo han logrado”.
Según el legislador lo que pasa en Costa Rica “no es más que un “compadre hablado”, ya Carlos Alvarado, el PAC y esos aliados sabían muy bien cuál era la ruta por seguir, para imponer el mal llamado matrimonio entre dos hombres o dos mujeres, usando una palabra y un término tan específico como: matrimonio, un sacramento para el pueblo católico y un término de familia natural para la comunidad evangélica”.
“Como pastor y ministro evangélico que soy, podría decir muchas cosas al respecto, sin embargo, eso sería encasillar el tema en algo “religioso” y como ya lo dije, este es tema jurídico, por ello hablo como legislador de la República”, aseguró.
Además, aclaró que “no son de recibo los señalamientos del sector aliado del gobierno, al insinuar que no hemos querido legislar dentro del plazo que la Sala Constitucional nos impuso. Primero, porque durante los periodos extraordinarios no somos los diputados quienes decidimos qué temas discutir, sino que corresponde al Poder Ejecutivo convocar su agenda. De tal manera, que del periodo de dieciocho meses solo tuvimos siete para ver este tema y nunca se nos acogieron las propuestas de unión civil, iniciativas serias y responsables que dieran un marco jurídico adecuado al tema que ha mantenido odiosamente divido al país”.
“No es cierto que no quisimos hacer nada, Nueva República presentó dos proyectos de ley para intentar frenar el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero la realidad es que no dejaron que hiciéramos nada y no tuvieron la valentía de proponer, ni dejar que la discusión se diera en medio del sistema democrático costarricense, sino que dejaron que 6 extranjeros violentaran nuestra soberanía. Estos que son cómplices, han traicionado a la patria”, concluyó.