Impiden ingreso a Cuba de la periodista Karla Pérez González y queda varada en Panamá

Karla Pérez González, se encuentra varada en el Aeropuerto Internacional de Tocumen en Ciudad de Panamá.

San José, 18 mar (elmundo.cr) – La periodista Karla Pérez González se encuentra en el Aeropuerto Internacional de Tocumen donde fue informada por un agente migratorio cubano de que no puede entrar a su país por orden del gobierno de Cuba.

Pérez González, realizó estudios de periodismo en Costa Rica, después de haber sido expulsada de las universidades de Cuba, por oponerse al régimen cubano.

En 2017, después de un proceso expedito por parte del gobierno de Cuba, Karla Pérez fue expulsada del sistema universitario acusada de formar parte de una organización política “contrarrevolucionaria”. En su momento seis compañeros de clase se opusieron abiertamente a su destierro.

Pérez González estudiaba Periodismo en la Universidad de Las Villas en Santa Clara. Fue la única de su provincia que logró una beca pública para entrar en la facultad y desde ahí había comenzado a escribir en el blog de Somos+, un grupo opositor, tras el seudónimo de Oriana, por la periodista Oriana Fallaci.

La joven periodista ingresó a Costa Rica en mayo del 2017, después de una propuesta de EL MUNDO para realizar una pasantía permanente que le permitiría finalizar sus estudios universitarios. En el 2020 finalizó su carrera en la Universidad Latina, y decidió regresar a Cuba.

Después de meses de gestionar su regreso por los problemas de la pandemia de la COVID, este 18 de marzo tomó un vuelo con destino a Panamá, donde según su itinerario de vuelo debería tomar un avión con rumbo a La Habana.

Fue en ese momento, cuando un funcionario migratorio cubano, advirtió a la aerolínea, que Karla Pérez tenía prohibido el ingreso a su país. Y por medio de una llamada el mismo funcionario le explicó a ella, que aunque cumplía todos los requisitos de ingreso, el gobierno de Cuba no permitiría que ingresara. Por lo cual no se le permitió tomar el vuelo, quedando varada en  Panamá.

En este momento, Pérez será expulsada de Panamá y regresada a Costa Rica, donde se espera que ingrese a las 10 de la noche. Momento en que pedirá asilo político.

Su salida de Cuba en el 2017

“Tomé esa decisión porque durante más de una décadas de formación en las escuelas socialistas el proyecto de país vigente no me convenció”, dice sobre su paso al activismo político.

“Era consciente de los pros y los contras. De un lado amanecía sintiéndome más libre y de otro con miedo por mí y por mi familia por el posible acoso de los órganos de Seguridad del Estado. Sin haber entrado aún en la universidad, ya estaba pensando en que me podían expulsar”, agregó.

Superado el primer semestre con óptimas calificaciones, fue sometida a evaluación ideológica por un comité de alumnos de organizaciones oficialistas que analizó, sin convocarla, su relación con el grupo disidente y sus comentarios en Facebook. El 11 de abril asistió a la votación en la que ocho compañeros de aula pidieron su salida y seis no. “Uno con el que no había tenido ningún percance se levantó y propuso mi expulsión”, relató días después en la página de Somos+. “Se me acusó de manipular a mis amigos y de haber llevado desde inicio de curso una estrategia para subvertir a los jóvenes que me rodeaban. La vicepresidenta de la Federación Estudiantil Universitaria de mi facultad se paró enfrente del aula y expresó: “Ella es una mala persona y nos ha engañado”. Terminada esa reunión comenzó otra, sin mí, con el rector y todos los estudiantes de Periodismo. Aparentemente se hacía oficial mi expulsión y se repetía que evitaran el contacto conmigo”. Dos días después su caso ya correteaba por las redes sociales y la FEU ratificaba en un comunicado la decisión contra ella por “ser miembro de una organización ilegal y contrarrevolucionaria”. El próximo lunes irá a recoger el veredicto “con optimismo en el mañana” y voluntad de “apelar y apelar”.

En sus columnas como Oriana en el blog opositor, Pérez González se apenó por su entorno –“Cienfuegos está muerta, dormida”–; criticó al Partido Comunista por “marginar del debate a millares de cubanos que representan la oposición”; señaló “la revolución interna que se está sucediendo” entre los periodistas de los medios oficiales; lamentó la “escasa motivación” del personal de servicios públicos para la atención al cliente; describió a una juventud “llena de sueños frustrados” y que “apenas pestañea”; anheló más debate público y “el entierro de la obsoleta suposición de que los once millones pensamos igual, cuando ni dos lo hacemos”; y se dijo “firme en el diseño de mi destino, donde escribir será mi misión, y cuando me bloqueen yo tumbaré otra puerta”. (Apoyado en artículo de El País, España)

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