San José, 4 set (elmundo.cr) – La imagen del presidente Luis Guillermo Solís se desplomó en 15,5 puntos porcentuales en comparación con la última encuesta de OPol Consultores en julio, en momentos en que el Gobierno y su círculo cercano es cuestionado por las relaciones con el préstamo de $30 millones para la importación de cemento chino.
El otro factor de relevancia es la coincidencia de que, solo un día después de inaugurada con bombos y platillos la nueva ruta entre Chilamate y Vuelta Kopper, el Gobierno tuviera que correr a investigar el porqué dicha carretera quedó totalmente anegada con un par de aguaceros.
La más reciente encuesta de OPol Consultores a solicitud de EL MUNDO fue realizada mediante entrevista cara a cara a 1278 personas en todo el territorio nacional, segmentada por género y edad y con un margen de error de ∓2,7 puntos porcentuales.
Solís recibió opiniones positivas del 66,7% de los encuestados, lo que contrasta con el 74,40% registrado el mes anterior, cuando registró un balance positivo de 48,8% lo que hacía en ese momento, el Presidente mejor evaluado de Costa Rica, desplazando incluso la percepción positiva como político que tenía el expresidente Óscar Arias.
Con estos datos, Solís pasa a tener un balance de opiniones de 33,3% a su favor, sin embargo, al compararlo con la medición previa en la que tenía un 48,8% se denota una pérdida de 15,5 puntos porcentuales.
Pero la dinámica política y los hechos noticiosos del último mes hicieron que la percepción de Solís se viniera al suelo justo ahora cuando la campaña electoral redobla impulso; los puntos negativos en su imagen subieron desde el 25,60% registrado en julio, a un 33,30% del nuevo estudio.

Las pulgas del presidente
El golpe a la imagen del presidente tiene, cuando menos, dos puntos de referencia difíciles de obviar. Solís tiene un elefante en la sala.
El 26 de agosto el Gobierno ordenó investigar el porqué la carretera Bajos de Chilamate-Vuelta de Kopper se inundó un día después de que Solís fuera hasta allá a inaugurarla de la mano de las comunidades beneficiadas. Aunque con la primer anegación la Administración dijo que el problema fue solucionado en 15 minutos, al día siguiente la inundación fue peor y las críticas, también.
Si bien a esta hora ni el Ministerio Público ni los diputados han demostrado un delito de parte de Juan Carlos Bolaños o de Víctor Morales Zapata, la inercia de la opinión pública negativa, alrededor del caso del cemento chino, fue imposible de frenar.
El lunes 28 de agosto el presidente amaneció aún con su popularidad cuestionada y con grietas. La comparecencia de Bolaños, el viernes 25 de agosto en el Congreso, había puesto en evidencia a su hombre más cercano: Mariano Figueres.
El importador de cemento dijo ante los diputados que Figueres había estado presente en una reunión que sostuvo con el presidente en diciembre del 2015, pese a que previamente consultada, la Presidencia de la República había informado que en la cita solo estuvieron Bolaños y Solís.
Ese fin de semana el ámbito político se había llenado de especulación. ¿Había mentido el presidente?
Los pasos de animal gigante ya se hacían sentir.
El lunes siguiente Solís aprovechó sus actividades públicas en Limón para tratar de disipar dudas, sin embargo, la estrategia y la forma fueron un fiasco. Enérgico y con dedos acusadores a intrigas innombrables, el mandatario empezó a disparar acusaciones sin dar nombres.
Enojado, con aspavientos exagerados, dijo que las supuestas relaciones entre sus colaboradores con el crédito de Bolaños formaban parte de una matráfula orquestada por intereses políticos, mediáticos y empresariales, producto de su política de ruptura del duopolio del cemento.
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Dos días después, el 30 de agosto, Solís se vio obligado a pedir explicaciones a Morales Zapata, luego de que medios de prensa revelaran que un colaborador de Bolaños le había gestionado sus vacaciones de fin de año del 2015.
Fue una explosión interna. El círculo más cercano del presidente está en el ojo del huracán, lo que arrastra sin remedio al mandatario.
Previo a este momento, Solís había defendido las calidades de Morales Zapata contra viento y marea, así como la política del Gobierno de abrir el duopolio del cemento que está en manos de las empresas Holcim y Cemex.
La posibilidad de que el diputado hubiese recibido favores de un empresario, levantó una ola de críticas en contra de esa defensa.
Un día después, el 31 de agosto, el presidente de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), Iván Brenes, acusó en la comisión investigadora que revisa los contratos de Bolaños con el Gobierno, que Morales Zapata había intercedido por un pago supuestamente retenido a una empresa del importador de cemento.
Brenes dijo haberse sentido incómodo con las gestiones de Morales Zapata, quien también había participado de una reunión en abril del 2015, en la Presidencia de la República, convocada por el entonces ministro de la Presidencia, Melvin Jiménez, otro de los hombres de confianza del presidente.
Las declaraciones de Morales Zapata, aceptando haber intercedido por el empresario Juan Carlos Bolaños y la importación del cemento desde China, ensuciaron los ventanales de la casa de cristal.
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Los diputados dispusieron llamar a comparecer a Jiménez, con lo que el cuadro completo de hombres cercanos a Solís; Mariano Figueres, Melvin Jiménez y Víctor Morales, entraban de lleno en la investigación.
En ese momento el oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC) le dio la espalda a Morales Zapata. Las redes sociales en los diferentes medios ardieron en contra de Solís y la oposición no perdió el chance de capitalizar electoralmente la crisis, y los diputados aprobaron una moción para que el presidente diera cuentas ante la Comisión.
Esa comparecencia es esta noche, y se entiende que ese será uno de los momentos más críticos de este gobierno, donde Solís tendrá la oportunidad de aclarar las cosas, o bien, de seguir enterrando su imagen.
De ahí que no es extraño el que, ante este cuadro de hechos, de las opiniones positivas que había recibido en julio, un 7,7% se arrepintió, dejó de valorarlo positivamente y ahora le puso nota roja.