Puntarenas, 03 mar (elmundo.cr) – Una expedición marina sin precedentes en Latinoamérica se llevó a cabo en la costa Pacífica de Costa Rica, recolectando datos y muestras para un estudio internacional que busca detectar la marea roja mediante tecnología satelital.
La expedición, que se realizó del 17 al 21 de febrero, contó con la participación de biólogos y oceanógrafos de la Federación Costarricense de Pesca Turística (FECOP), la Universidad de Costa Rica (UCR), la Universidad Nacional (UNA) y científicos de la NASA, incluyendo a un costarricense.
Esta iniciativa se alinea con la misión satelital PACE (Plankton, Aerosol, Cloud, ocean Ecosystem) de la NASA, lanzada hace un año. PACE permite observar el color del océano de forma hiperespectral, analizando la interacción de la luz solar con el agua para detectar variaciones en la composición de microalgas, incluyendo aquellas que causan la marea roja.
“Esta es una investigación pionera en materia de óptica oceánica ya que nunca antes se han realizado mediciones tan exhaustivas aplicadas a la validación del color del océano en Costa Rica”, afirmó el Dr. Joaquín Cháves, científico costarricense del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.
Durante la expedición, se recolectó información con distintos sensores ópticos: un espectrómetro en un avión de investigación, un radiómetro hiperespectral a bordo de una embarcación y el propio PACE en órbita.
“La información que se colecta in situ se triangula para verificar o validar los datos del satélite y con toda la información en simultáneo se podrán desarrollar algoritmos regionales”, explicó Cháves.
El objetivo es crear algoritmos específicos para el Pacífico costarricense que permitan predecir mareas rojas con mayor precisión.
Para la Dra. Marina Marrari, directora ejecutiva de FECOP, esta expedición “marca un hito para la ciencia en Costa Rica”. La capacidad de detectar mareas rojas en tiempo casi real permitirá mitigar sus impactos en el turismo, la pesca, la acuicultura y la salud pública. Marrari destacó la colaboración entre las organizaciones participantes y el libre acceso a la información generada a través de la aplicación PezCA de FECOP.
La expedición también incluyó la recolección de datos sobre contaminantes como microplásticos y metales pesados, así como análisis de la estructura de la población microbiana.
Andrea García Rojas, ecóloga marina de la UNA, resaltó el valor de esta información para la descripción medioambiental de las aguas costarricenses.
Por su parte, Maribel Vargas, investigadora de la UCR, explicó que la información recolectada contribuirá al desarrollo de nuevos algoritmos para PACE, considerando las especies de fitoplancton específicas de la región.