Los hijos e hijas jóvenes y menores de edad de las personas privadas de libertad podrán disfrutar de la oferta programática de los Centros Cívicos por la Paz (CCP), donde participarán de los cursos y talleres que estos ofrecen en el marco de Puente a la Prevención, uno de los componentes de la estrategia nacional Puente al Desarrollo.
Los CCP trabajan con población infantil, adolescente y joven en condición de vulnerabilidad social para el fortalecimiento de capacidades de convivencia ciudadana y la creación de oportunidades de desarrollo a través de la educación, la tecnología, el arte, el deporte y la recreación.
Esto será posible a partir de un protocolo que elaboraron, conjuntamente, la Dirección General de Adaptación Social (DGAS) y el Viceministerio de Paz. El documento establece que el equipo de Trabajo Social y de Psicología de la DGAS identificará, dentro de la población penal, a los hijos adolescentes, niños o jóvenes que vivan dentro de las áreas de influencia de los CCP y que podrían estar interesados en participar de los procesos formativos en los CCP.
La presentación oficial de esta iniciativa se realizó esta mañana en el CCP Desamparados, con la presencia de la Ministra de Justicia y Paz, Fiorella Salazar Rojas; la Viceministra de Justicia, Viviana Boza Chacón; y el Viceministro de Paz, Jairo Vargas Agüero. Como testigos de honor de la firma del protocolo acudieron el Ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social, Juan Luis Bermúdez Madriz; la Ministra de Educación Pública, Guiselle Cruz Maduro; y la Viceministra de Juventud, Margareth Solano Sánchez.
La iniciativa además forma parte del nuevo Modelo de Inserción Sociolaboral, lanzado en agosto pasado con el propósito de fortalecer los esquemas de inserción social promovidos a través de los centros penitenciarios.
“El Ministerio de Justicia y Paz tiene dos mandatos: administrar la justicia de nuestro país y ser rector en materia de prevención de la violencia. Las personas privadas de libertad desde su infancia y adolescencia vivieron una cantidad de factores de riesgo que las llevaron a construir proyectos de vida no deseados”, señaló.
“Es por eso que ahora el Viceministerio de Paz podrá recibir cualquier tipo de interés o de solicitud de los y las hijas de esta población para poder fortalecerlos en habilidades e instrumentos que les permitan desarrollar proyectos de vida positivos”, expresó el Viceministro de Paz, Jairo Vargas Agüero.
¿Cómo funcionará? Una vez identificado el joven o niño hijo de una persona privada de libertad con las condiciones requeridas, este será referido, por parte de la DGAS, a la coordinación del CCP del lugar donde resida.
El coordinador del CCP se pondrá en contacto con la persona encargada del joven o menor de edad y si este está interesado, llenará un formulario para inscribirse en los talleres que desee.
A manera de plan piloto, se comenzará con la referenciación de hijos de mujeres privadas de libertad del Centro de Atención Institucional (CAI) Vilma Curling para después expandirlo al resto del sistema penitenciario.
Actualmente existen siete CCP en Garabito, Aguas Zarcas, Santa Cruz, Desamparados, Cartago, Heredia y Pococí. Durante lo que resta del 2021 se realizará un proceso de sensibilización con los niños y jóvenes identificados en estas comunidades para explicarles qué son los CCP y cuál es su oferta programática.
“Este protocolo de referenciación marca un hito histórico, pues nos permitirá articular los esfuerzos de prevención de la violencia que se hacen desde los CCP con una atención integral a las familias de la población penal. Esta es una manera de romper con el ciclo de la violencia y el delito desde su raíz”, explicó la Viceministra de Justicia, Viviana Boza Chacón.
Los trabajadores sociales y de piscología de la DGAS tendrán reuniones semestrales con las coordinaciones programáticas para darle seguimiento al avance de los menores en los cursos programáticos e identificar si permanecieron en los procesos formativos.