San José, 8 nov (elmundo.cr) – Preocupados por la ola de violencia sin precedentes que atraviesa el país, con 777 homicidios registrados este 2023[1] y con una percepción de inseguridad ciudadana que empeora[2], la Fundación Costa Rica Canadá insta al Gobierno a retomar el Bono Colectivo de forma integral como una forma de contener la violencia, a mediano y largo plazo.
El Bono Colectivo permite mejorar, de forma global, las condiciones de vida de las familias simultáneamente en áreas fundamentales como salud, educación y seguridad; al generar infraestructura pública de manera coordinada, en barrios marginales, obras que, en principio, le corresponden a diferentes instituciones públicas, que pueden ser de origen municipal o estatal en servicios como agua potable, electricidad, entre otros, concentrando los recursos a través del Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi), y que, con la gestión coordinada de una entidad autorizada, se pueden materializar.
Kathiana Aguilar, subgerente general de la Fundación, explicó que esto va más allá de desarrollar obras aisladas bajo la modalidad de Bono Colectivo en algunos barrios sensibles o conflictivos del país y hace un llamado a las autoridades para que tengan una visión de mayor alcance, ya que este programa puede mejorar la realidad de muchos niños, jóvenes y familias si se desarrolla en distintas áreas. Agregó que repartir el presupuesto en obras aisladas en varias localidades, no tienen el mismo impacto social.
Precisamente para impulsar este programa, la Fundación le ofrece al gobierno, un par de terrenos ubicados en Puntarenas y Limón para que pueden construir algunas obras en paralelo que complementen el bono.
A merced del crimen u oportunidades
Muchos niños y jóvenes que crecen en los barrios marginales caen en el crimen organizado por la falta de oportunidades que se generan en estos lugares. De los 656 homicidios registrados el año pasado, las principales víctimas eran personas jóvenes de entre 20 y 34 años[3].
“Este 2023, algunos homicidios dolosos han sido cometidos incluso por menores de edad. Si un niño crece con espacios abiertos adecuados, áreas de juegos infantiles, espacios para la recreación y el deporte, sectores comunes iluminados, paradas de autobús cercanas y seguras, agua potable, aguas residuales, con escuela y colegio locales, una delegación de la Fuerza Pública en el lugar, un centro de cuido, un centro de educación y nutrición, con Equipos Básicos de Atención Integral (EBAIS); es un niño o joven que se enfermará menos, faltará menos a clases y tendrá oportunidades sanas para crecer. Este menor estará menos propenso a caer en el crimen organizado. A eso hay que apostar”, explicó Aguilar.
Bono Colectivo cambia vidas
La comunidad de Los Cuadros, en Purral, Guadalupe, es testigo de la implementación de este programa. Los vecinos de esta localidad sufrían porque en los terrenos aledaños se levantaban ranchos, eran basureros al aire libre y había mucha inseguridad, sobre todo para niños y mujeres.
Vilma García, presidenta de la Asociación de Desarrollo Integral de Purral en Guadalupe, explicó que con el Bono Colectivo se hicieron calles, cunetas, aceras, se limpiaron los charrales y se levantó un gimnasio con parques infantiles, pistas para caminar, se habilitó la cancha de futbol y se crearon condiciones para usar patineta o bicicleta.
“Las casas de aquí ahora tienen valor, los jóvenes practican a diario sus deportes, las familias vienen al parque, ingresan los autobuses, hay paradas, centros de cuido, delegación de la Fuerza Pública, nos cambió totalmente el estatus que teníamos antes”, dijo García.
José Hernández, de La Capri, en San Miguel de Desamparados, también comentó el gran cambio que experimentó su comunidad con la implementación del Bono Colectivo, ya que aseguró que La Capri era un lugar lúgubre e inseguro y que ahora es un lugar de espacios para la recreación, con árboles y parques.
“No había parques, los terrenos estaban llenos de monte, no había donde caminar o hacer ejercicios. Con la llegada del Bono Colectivo, las calles y cunetas mejoraron, la Fuerza Pública empezó a ingresar, las familias se apropiaron de las zonas verdes para el disfrute, lo jóvenes ahora practican baloncesto o fútbol, la banda del colegio ensaya en los espacios adoquinados. Hay más seguridad, wifi, mantenimiento de zonas verdes, etc”, contó Hernández.
Desde su implementación en el 2006, la Fundación Costa Rica Canadá a desarrollado 22 proyectos de Bono Colectivo en diferentes zonas del país, impactando a 42 mil familias de forma directa, con una inversión que supera los 34 mil millones de colones. Sin embargo, esta herramienta ya no tiene el mismo impulso.
“Esta iniciativa no solo crea infraestructura que cambia vida, sino que también permite capacitarlos para que puedan seguir implementando obras y haciendo de sus comunidades un mejor lugar para vivir, realmente vale la pena reactivar el bono colectivo por el bien de todos”, concluyó Aguilar.
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[1] Al 16 de octubre. Dato oficial del Organismo de Investigación Judicial.
[2] Encuesta CIEP de la UCR, 23 septiembre.
[3] Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)