
Por Britta Kollenbroich (dpa)

Cuando tenía seis años, Frida contrajo poliomielitis, una enfermedad que es transmitida por un virus y que afecta al sistema nervioso. Tuvo que permanecer casi un año en cama. Su pierna derecha quedó mas delgada y algo más corta que la otra. Pero aun así, practicó mucho deporte.
Después de cumplir 18 años, quiso estudiar medicina. Pero sufrió un gravísimo accidente en un bus en el que viajaba. Nuevamente tuvo que pasar largo tiempo en el hospital. Pero Frida no se dio por vencida.
Además, su padre tuvo una idea: Le puso a Frida un caballete y pinturas junto a la cama, para que se distrajera durante el largo tiempo de recuperación. Fue mucho más que una distracción pasajera. La pintura se convirtió en una parte muy importante de la vida de Frida, en su gran pasión y su consuelo ante los quebrantos físicos.
Los últimos años de su vida, Frida Kahlo se movía en una silla de ruedas. Pero siempre que podía reunir las fuerzas suficientes se desplazaba hasta su caballete para pintar. Murió hace más de 60 años, el 13 de julio de 1954. Pocos días antes había cumplido 47 años.
Monos, aves y autorretratos

La obra completa de Frida Kahlo es relativamente pequeña, comparada con la de otros artistas. Apenas llegó a pintar unos 200 cuadros antes de su prematura muerte. En muchos de ellos se pintó a sí misma. Su rostro es por lo tanto mucho más conocido que el de otros artistas.
Los autorretratos de Frida Kahlo son obras célebres. En la mayoría de ellos se pintó con sus abundantes cejas unidas, casi como si fueran una sola.
Una y otra vez se retrató además rodeada de animales. En un cuadro se la ve con dos monos negros sentados sobre sus hombros. En otros está rodeada de pájaros.
No todas las pinturas de Frida Kahlo son realistas. Es decir, no muestran la realidad tal cual es. Una vez se retrató a sí misma como un ciervo. Sobre su cabeza luce una cornamenta y lleva un cuerpo animal. El cuadro se llama «El venado herido», ya que el ciervo tiene flechas clavadas en el cuerpo.
Las flechas son una referencia de Frida Kahlo a sus propios quebrantos, producto de las diversas operaciones a las que se tuvo que someter después de su grave accidente.
Muchos de los animales que pintaba vivían con ella. Tenía monos, aves, un perro y, según dicen algunos, incluso un ciervo.