San José, 7 jul (elmundo.cr) – La diputada liberacionista, Franggi Nicolás, presentó a corriente legislativa un proyecto de ley que regula la estructura y los mecanismos de fijación de precios del mercado de medicamentos.
La idea del proyecto es incidir en este mercado de manera que los actuales “precios exorbitantes” se puedan moderar, adquiriendo una fisonomía más justa.
«Nuestro país, a diferencia de otros países en el mundo, lamentablemente renunció a regular los precios de los medicamentos, esto ha ocasionado que los consumidores de medicinas en Costa Rica, queden a la merced de precios caprichosamente que fijen las compañías farmacéuticas y los monopolios de intermediarios, lo que lamentablemente ha conllevado a precios excesivamente altos, que llegan incluso a ser prohibitivos para grandes sectores de la población, especialmente los más empobrecidos», comentó Nicolás.
Asimismo, señaló que esas diferencias entre los mismos medicamentos en distintas farmacias, hasta de un doscientos cuarenta y tres por ciento (243%) para medicinas originales y cuatrocientos setenta y dos por ciento (472%) en medicamentos genéricos.
Para la legisladora es entendible que la oferta y demanda de productos en el mercado vayan fijando los precios de los diferentes productos en el libre mercado, pero en el caso de los medicamentos, que son necesarios para garantizar el derecho humano fundamental a la vida y a la salud pública, resulta indispensable garantizar el acceso real de la población a esos medicamentos, evitando que estos derechos humanos queden solo en el papel.
Por su parte, el proyecto de ley fija topes como porcentajes máximos de utilidad sobre el valor CIF de la importación de todos los medicamentos importados a Costa Rica. El mismo porcentaje se aplicará a los medicamentos producidos en los laboratorios del país distribuidos por droguerías. Igualmente establece una utilidad máxima para las droguerías, las farmacias, los distribuidores e intermediarios así como para los establecimientos detallistas que comercialicen medicamentos en los diferentes puntos de venta al consumidor.
Según Nicolás, los medicamentos, cuando se necesitan para recuperar la salud o para vivir, son el tipo de bien que no le permiten al usuario o a su familia, mayor margen de discrecionalidad sobre su adquisición. Sin importar su precio, el paciente hará lo posible por adquirirlo, incluso a costa de su ruina financiera y es casualmente de esa necesidad, de la que se han valido algunos para comercializar medicamentos con precios abusivos de hasta un 400% de más, sobre el valor de fabricación, es por ello que resulta necesario un marco regulatorio que establezca parámetros y le ponga una alto a esos excesos.
Por último, el proyecto plantea que a partir de su aprobación, los médicos tengan que prescribir las recetas con el principio activo y no con la marca del medicamento, como se hace en la CCSS, con lo cual se fomenta la competencia entre similares. Esto se debe complementar con un etiquetado que facilite al consumidor saber si el medicamento es bioequivalente con otras marcas.