
Por Stefan Weißenborn (dpa)

Durante la pretemporada, que en Formentera llega hasta finales de mayo, a nadie se le ocurre hacer esto. Sin embargo, ningún turista se ve obligado a huir a las playas situadas en el mar frente a Espalmador, que no tienen nada que envidiar a los conocidos bancos de arena de Formentera. En cuanto las temperaturas suben a niveles veraniegos la situación cambia: según la oficina de turismo, cada año unos 800.000 turistas asaltan la isla balear más pequeña.
Con la excepción de dos personas que practican el surf de remo, los turistas en la lancha neumática no ven hoy a nadie por ninguna parte. En verano, sin embargo, los yates están anclados uno al lado de otro, dice el guía turístico Miguel Tur: “Aquí hacen escala jeques árabes del petróleo u oligarcas rusos. Dicen que en “Es Molí de Sal”, un restaurante de pescado de primera categoría, ha comido varias veces el ex rey de España Juan Carlos I.

Sin embargo, en este momento no se ve por ningún lado la cara elitista de Formentera. Casi solo hay turistas sencillos en la isla. Los excursionistas a bordo de la lancha neumática motorizada se dirigen a la primera bahía de la hermana menor de Formentera. Fernández deja caer el ancla en el agua poco profunda de color turquesa. Aunque Espalmador es una isla de propiedad privada, todo el mundo la puede visitar como cualquier otra costa de España. “Una ley establece que la tierra es de uso público hasta una distancia de 200 metros de la playa”, explica el capitán.
Metemos los pies en el agua, aún bastante fría, que llega hasta las rodillas. Los turistas, vestidos con trajes de neopreno de manga corta, caminan por el agua hacia la playa desierta, donde se encuentran diseminados miles de objetos del tamaño de una pelota de tenis. “Son bolas marinas que nacen de las fibras de las praderas de Posidonia”, dice Fenández. En el oleaje, las hojas muertas se van convirtiendo poco a poco en bolas.

Las grandes praderas de Posidonia entre Formentera e Ibiza fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. “Las praderas de posidonia fijan dos veces más CO2 que una superficie de selva amazónica igualmente grande”, explica el capitán. A las praderas submarinas se debe el aspecto casi caribeño de las playas de Formentera. Ellas filtran el agua y protegen las costas de la erosión. El efecto asombra a todos los turistas que creían que era imposible encontrar semejante paisaje arenoso en el Mediterráneo. Formentera cayó un poco en el olvido después de que la isla estuviese hasta la década de los 70 en manos de turistas alemanes, que convirtieron el actual centro turístico de Es Pujols casi en un pueblo alemán. Ya hace tiempo que Formentera dejó de ser un destino poco conocido para el turismo, como lo demuestra la avalancha de turistas que comienza a llegar a la isla en cuanto la temperatura del aire sube a mediados de junio a niveles veraniegos. Entonces, las bahías de la península de Es Trucador están repletas de turistas, en su mayoría italianos.

Información básica: Formentera
Cómo llegar: En avión vía Ibiza. Formentera no tiene aeropuerto. Fuera de la temporada, el avión hace una escala en Mallorca. Desde la ciudad de Ibiza salen diariamente a La Savina, el puerto de Formentera, transbordadores de varias compañías. Los billetes ya se pueden comprar en el aeropuerto de Ibiza.
Clima: Solo a partir de finales de abril, las temperaturas suben con frecuencia a más de 20 grados centígrados. Normalmente, no es hasta junio cuando la temperatura del agua alcanza los 20 grados.
Alojamiento: En Formentera hay numerosos apartamentos y casas de vacaciones, así como algunos hoteles, pero ningún camping.