Ciudad del Vaticano, 6 jun (elmundo.cr) – El Fiscal General de la República, Jorge Chavarría Guzmán, fue invitado a participar en la Cumbre sobre la Trata de Personas y el Crimen Organizado, en la sede de La Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, en la Ciudad del Vaticano.
El encuentro contó con la participación de jueces y fiscales de todo el mundo, durante los días 3 y 4 de junio.
Por su parte el jefe del Ministerio Público de Costa Rica compartió la ponencia “La experiencia de Costa Rica en la trata de personas”.
Chavarría expuso un repaso por dos casos de trata de personas tramitados en Costa Rica y también por la situación actual que vive el país con el paso de migrantes que intentan llegar hasta los Estados Unidos.
Se abordaron dos casos: trata de personas con fines de adopciones ilícitas, ocurrido en el 2003, en el cual se logró la condena de 10 años de prisión a los integrantes de una organización internacional que operaba entre Guatemala, Costa Rica y la Florida, EE.UU., la cual compraba niños indígenas guatemaltecos pagando entre $500 y $3000 dólares y los ponía en adopción a través de una página web, cobrando hasta $42.000 dólares y 70.000 euros.
El otro caso expuesto es el de trata de personas con fines de extracción ilícita de órganos, acusado por la Fiscalía y actualmente pendiente de juicio, en el cual un grupo de costarricenses e israelitas, aprovechándose de la vulnerabilidad por pobreza de las víctimas, les pagaron entre $3.000 y $10.000 dólares a personas para extraerles un riñón y trasplantarlo a extranjeros, lo cual se hizo en 12 oportunidades, en hospitales de Costa Rica, indicó Chavarría.
El jerarca cerró su participación exponiendo sobre “el tremendo problema que vive el país en estos momentos con las migraciones de africanos, hindúes y cubanos y la relación que hay entre las redes de tráfico de migrantes y las redes de crimen organizado, especialmente cuando las víctimas llegan a México”.
Los fiscales y jueces, así como el Papa Francisco, firmaron al final de la cumbre, una declaración en la que señalaron los delitos como crímenes contra la humanidad.
El Sumo Pontífice, indicó que la aplicación efectiva del derecho penal es una condición necesaria para erradicar el trabajo forzoso, para poner fin a las formas modernas de esclavitud y la trata de seres humanos, y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo.
“La firma de la declaración reafirma el compromiso de jueces y fiscales de todo el mundo, junto con el Papa Francisco, para luchar contra las estructuras del crimen organizado, particularmente con aquellas que se dedican a la trata y tráfico de personas, al trabajo forzoso, a la explotación sexual de hombres y mujeres, y al narcotráfico”, concluyó Chavarría.