Fiscal general niega ser parte de sociedades anónimas: No soy accionista, ni representante legal

San José, 02 oct (elmundo.cr) – El fiscal general de la República, Carlo Díaz, salió al paso de las especulaciones sobre su supuesta participación en sociedades anónimas, aclarando que no tiene ningún vínculo legal o financiero con dichas entidades, y que su nombre apareció en los registros debido a funciones administrativas desempeñadas durante su juventud, cuando trabajaba como asistente legal en un bufete de abogados.

Díaz relató que entre 1992 y 1997 laboró para un abogado de apellido Sánchez, en cuyo bufete “la mayor parte de mis funciones fueron como asistente legal”.

En ese contexto, explicó que como parte de la actividad del bufete, se creaban sociedades anónimas, y que los empleados eran utilizados para “ocupar algunos puestos de junta directiva”, pero sin asumir responsabilidades legales o de representación.

“Nos utilizaban a nosotros, los empleados, como figuras de relleno en las juntas directivas, pero no en ningún puesto de dirección o de apoderado o representante de esa sociedad”, recalcó el fiscal general.

Díaz subrayó que durante su paso por el bufete no tuvo que suscribir ni firmar ningún documento que lo vinculara de manera legal con estas sociedades, y que su rol en esas estructuras era meramente circunstancial. “Ni siquiera teníamos que suscribir o firmar”, comentó, enfatizando que se trataba de una práctica común en ese momento para facilitar la creación de las sociedades.

Al respecto, el fiscal general aseguró que cuando se sometió al escrutinio para optar por el cargo que actualmente ostenta, esta situación fue debidamente examinada por las autoridades.

“Esa situación fue examinada por parte del Poder Judicial al someterme al escrutinio para la elección del puesto de fiscal general”, indicó. Díaz explicó que en ese proceso aclaró que “no tenía ninguna sociedad anónima ni participación o representación legal en ninguna de las sociedades”, pese a que su nombre aparecía en algunos registros.

El fiscal fue enfático en que su inclusión en esas juntas directivas no representó, en ningún momento, una participación activa o legal en las actividades de las sociedades, reiterando que su papel era puramente administrativo.

“Era parte de la labor que se realizaba en ese bufete, la creación de sociedades anónimas, donde el notario utilizaba nuestros nombres de las personas que en ese momento laborábamos para él”, dijo.

Finalmente, Carlo Díaz concluyó con un mensaje contundente: “Quiero garantizar que no soy parte de ninguna sociedad, y mi integridad y mi propiedad están intactas”.

Además, reafirmó su compromiso con la justicia y aseguró que su labor como fiscal general seguirá siendo imparcial: “Seguiremos persiguiendo el delito contra cualquier persona, sea quien sea”, sentenció.

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