San José, 10 mar (elmundo.cr) – Han pasado casi cinco años desde que la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE) desmanteló su obsoleta refinería producto de un incendio. Costa Rica dejaba de importar directamente petróleo para refinarlo y empezó a comprar productos terminados y lo sigue haciendo hasta la fecha.
RECOPE confiaba en que el proyecto con China para construir la nueva refinería empezaría pronto, pero los traspiés fueron apareciendo uno tras a otro.
Fue la Sociedad Reconstructora Chino-Costarricense (SORESCO), nacida en 2009 con 50 millones de dólares aportados por RECOPE y otros 50 millones de dólares por la Corporación Petrolera Nacional de China (CNPC), la que tenía como tarea construir la nueva refinería en Moín y luego alquilarla a RECOPE para operarla durante unos 15 años.
El plan fracasó en el año 2013, cuando la Contraloría General de la República (CGR) reveló un conflicto de intereses entre la empresa china Huanqiu Contracting & Engineering y la CNPC, ya que la primera era subsidiaria de la segunda. La HQCEC recibió 1,4 millones de dólares por el estudio de factibilidad de la refinería china en Costa Rica que al final, nunca se pudo utilizar.
Con los 27.100 millones de colones se podrían haber desarrollado los 12 proyectos que el gobierno de Solís plantea para palear la sequía de Guanacaste, realizar otro de los abonos de 25.000 millones que hizo el Gobierno a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) a su millonaria deuda o inclusive con la mitad de dicho dinero, haber realizado las 38 expropiaciones que hacen falta para terminar el tramo Bajos de Chilamate y Vuelta de Kooper en la carretera a San Carlos.
Los diputados de la Asamblea Legislativa, tras semanas de indagaciones y audiencias remitieron una carta al Presidente Luis Guillermo Solís, liquidar la parte costarricense en SORESCO, rescindiendo el contrato entre RECOPE y CNPC.
El mandatario aún no ha respondido al pedido de los diputados.
