San José, 19 ago (elmundo.cr) – Bajo la coordinación del Ministerio de Agricultura y Ganadería, un grupo de instituciones del Sector Agropecuario, otras instituciones del Estado y organismos internacionales, han unido esfuerzos para brindar una opción productiva a un grupo de mujeres, desplazadas de la mano de obra camaronera, en la provincia de Puntarenas.
La iniciativa, que consiste en una serie de módulos de producción de hortalizas bajo el sistema de “casas malla”, ha reunido esfuerzos del MAG, del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), el Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA), el Consejo Nacional de Producción (CNP), el Ministerio de Trabajo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), por medio del proyecto REBYC-II LAC, y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, (PNUD).
“Hemos logrado juntar el trabajo de muchas entidades en torno a este proyecto que pretende ser una opción productiva para dar calidad de vida a un grupo de mujeres y sus familias que se vieron afectadas por el cierre de empresas camaroneras en Puntarenas. Necesitamos seguir acompañando esta iniciativa para que sea un éxito sostenible para esas familias. Estas productoras han demostrado que la transformación es posible, porque cambiaron su forma de producir bienestar para sus familias y cambiaron su forma de pensar”, expresó el Ministro de Agricultura y Ganadería, Renato Alvarado Rivera, quien destacó la importancia de la tecnología en la producción agropecuaria.
El proyecto productivo se ubica en un terreno del Consejo Nacional de Producción, localizado en Barranca, Puntarenas, el cual está cedido como préstamo en precario a la Asociación de Mujeres y Hombres Emprendedores de Bella Vista, e incluye 2.400 metros cuadrados de módulos de “casas malla”, donde las mujeres productoras cultivan chile dulce, pepino, pack choi, lechuga, repollo, culantro y albahaca.
Las obras necesarias para los módulos fueron financiadas con recursos del Programa Nacional de Apoyo a la Microempresa y la Movilidad Social, Pronamype, del Ministerio de Trabajo, por un monto aproximado de ₡40 millones, con los cuales se adquirieron además semillas y otros insumos necesarios para la producción de las hortalizas. El Ministerio de Trabajo también aportó un subsidio económico temporal para las mujeres involucradas en el proyecto, por medio del Programa Nacional de Empleo, PRONAE.
La asistencia técnica del proyecto es brindada por el INTA y por el MAG. El modelo de ambiente protegido, casas malla, contribuye a garantizar la producción de cultivos sanos e inocuos, así como una adecuada utilización de los recursos naturales y la aplicación de buenas prácticas agrícolas.
La producción actualmente alcanza para el autoconsumo de las familias y, a la vez, pueden comercializar los excedentes en algunas ferias del agricultor de la región, gracias también a una gestión del CNP, para mejorar la economía familiar. En un futuro, aspiran a convertirse en proveedoras del Programa de Abastecimiento Institucional, PAI.
Maribel Sandí Chinchilla, lideresa y presidenta de la asociación, señaló que el proyecto tiene un gran significado para cada una de ellas, puesto que la experiencia les ha permitido unirse más y sentir una gran satisfacción por sembrar, cosechar, comer sus propios alimentos y tener la oportunidad de vender sus productos.
Esta Asociación surgió a partir del reconocimiento de la gran importancia de la asociatividad entre personas que se dedican a la pesca y al proceso de pelado camarón, con el fin de acceder a mayores recursos y alcanzar en conjunto diferentes objetivos que beneficien a la mayoría.
“Fomentar la asociatividad de las y los trabajadores de la pesca y fortalecer el ejercicio del derecho de organización y de participación activa, sumado al reconocimiento real de la organización pesquera, tiene un importante papel en el desarrollo comunitario de las zonas costeras, y proporciona una mayor resiliencia a problemas ambientales y socioeconómicos. Asimismo, contribuye a la participación de las mujeres como agentes activos del cambio en el sector y a la contribución de la seguridad alimentaria, y la erradicación de la pobreza”, expresó por su parte, Adoniram Sanches Peraci, Representante de la FAO en Costa Rica.
Este organismo internacional y el INCOPESCA apoyaron la iniciativa mediante una serie de capacitaciones sobre el fortalecimiento organizacional y planificación estratégica, con el objetivo de desarrollar nuevas iniciativas de proyectos productivos, que se complementen con la actividad pesquera, sin dejarla de lado.
“Para el INCOPESCA es fundamental la generación de capacidades y acompañamiento a grupos de pescadores y mujeres que se encuentran en la cadena de valor, la iniciativa contó con el apoyo del proyecto de Gestión Sostenible de la Captura Incidental en la Pesca de Arrastre de América Latina y el Caribe (REBYC-II LAC) de la FAO, mediante al cual se logró la formalización legal de la asociación de mujeres y hombres emprendedores de Bella Vista, a partir de ahí se realizó un estudio participativo y fortalecimiento organizacional, lo que permitió que otras instituciones apoyaran económicamente y técnicamente el desarrollo de proyectos con esta organización. Al día de hoy, continuamos dando acompañamiento técnico en materia de fortalecimiento organizacional”, indicó Daniel Carrasco, Presidente Ejecutivo del INCOPESCA.
Actualmente, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, se ha unido a la iniciativa en el proceso de fortalecimiento de la organización, capacitando a las mujeres productoras en manejo de conflictos, importancia de igualdad género y liderazgos transformadores, para que se conviertan a su vez en agentes de cambio en sus comunidades.