Análisis

Estrategias de manipulación mediática del gobierno en la huelga han sido poco efectivas 

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San José, 29 set (elmundo.cr) – Los sofismas patéticos son aquellos que buscan apelar a la emoción más que a la razón utilizando todos los medios no argumentativos posibles para sostener una posición.

En este tipo de argumento se apela a la sensibilidad de las personas para exhortarlos o disuadirlos de una acción, y esto es lo que precisamente ha realizado el equipo de comunicación del gobierno de Carlos Alvarado, para tratar de crear reacciones negativas hacia la huelga general contra el plan fiscal.

También es más fácil para el presidente Alvarado y para la prensa que lo acuerpa excitar las pasiones de la gente que construir un argumento convincente. Por ello, los políticos en el  gobierno tienden a despertar nuestra emotividad para inclinarnos a hacer cosas que probablemente no haríamos si buscaran convencernos con argumentos.

Este tipo de maniobras ha sido muy eficaz para el  PAC en las elecciones nacionales, donde han logrado crear un verdadero arte para manipular las emociones colectivas, sean éstas positivas (lealtad, piedad, solidaridad, espíritu de emulación) o negativas (miedo, envidia, rencor) ligadas o no a prejuicios sociales, étnicos, de preferencia sexual o religiosos.

Pero en una época donde la comunicación es fluida por todas las vías, el gobierno ha chocado con versiones más creíbles y razonadas que tiran por los suelos sus estrategias de comunicación falaz.

Tres casos han sido los más claros en cuanto a esta estrategia de manipulación, la antorcha en helicóptero, el poliducto de Recope y el secuestro de los quirófanos del Hospital San Juan de Dios. 

La antorcha voladora

El 14 de setiembre el Ministerio de Educación Pública anunciaba que “debido a los inconvenientes que se presentaron durante la noche en el recorrido de la Antorcha de la Independencia, y en resguardo de los estudiantes y el personal de apoyo que los acompaña, se ha llegado a la determinación de detener la ruta por tierra de la Antorcha en el cantón de Esparza, el traslado hacia Cartago será por vía aérea”.

Solo una hora antes la antorcha había atravesado un bloqueo en Barranca sin ningún problema, incluso los manifestantes cantaron el Himno Nacional y la Patriótica al paso de la antorcha.

En otro mensaje el ministerio insistió en que “no habían condiciones para garantizar la seguridad de los estudiantes y docentes que la trasladaban”.

El mensaje era que los huelguistas en su mayoría educadores ponían en riesgo la seguridad de “los estudiantes y docentes que la trasladaban”, algo poco creíble.

Esto rápidamente fue desmentido por varios alcaldes de los cantones que esperaban el paso de la antorcha. Nixon Ureña alcalde de San Ramón indicó “me parece a mí, que a pesar de las circunstancias ha habido un nivel de respeto por lo menos de la gente de aquí de Occidente, no veo que fuera necesario (llevarse la antorcha vía aérea), pero bueno, sus razones tendrá el gobierno para haber tomado esa decisión”.

Así también el alcalde de Naranjo, Juan Luis Chaves acompañó a la antorcha alternativa que siguió el recorrido tradicional por carretera destacando el orden y el fervor de estudiantes y educadores, la mayoría de estos últimos se encontraban en huelga.

Más melodramático y con un tinte de aprendiz de poeta actuaba el presidente Alvarado, que casi en suplica afirmaba que “la llama de la independencia nos une, es símbolo de libertad y de todo lo que nuestros abuelos construyeron. Que no quede espacio en el país en el que este fuego no llegue, recordemos hoy que esta nación se construyó a través del diálogo amplio”.

El caso de la antorcha buscaba crear un estado de rechazo al movimiento de huelga apelando al patriotismo que representa el paso de la antorcha por los pueblos de Costa Rica. Esto lo acompañaron con imágenes de un “heroico” ministro de Educación subido en un helicóptero con una antorcha apagada.

Fotografía tomada del Facebook de Carlos Alvarado.

La noche de ese 14 de setiembre, el gobierno utilizó todos los recursos de maquillaje y utilería para hacerle un camino en una calle cartaginesa, al presidente y sus ministros, para que pudiera tomar emotivas fotografías al lado de señoras y niños que lo “vitoreaban” a su paso.

Solo a unos metros de esa escenografía, calles y sillas vacías caracterizaban la fría noche en la ciudad de Cartago, que contemplaba una sesión de Consejo de Gobierno a puerta cerrada donde no se escucharan los gritos de los opositores al plan fiscal.

El poliducto saboteado 

El 17 de setiembre el gobierno anunciaba un sabotaje por parte de los huelguistas contra el poliducto de Recope a la altura de El Coyol. Acto catalogado como “terrorismo” por algunos miembros del Ejecutivo que ponía en peligro miles de vidas por una posible y apocalíptica explosión que afectaría todo el país.

“Es profundamente preocupante el derrame de combustible en el poliducto que pasa por El Coyol en Alajuela. Extiendo un agradecimiento al Benemérito Cuerpo de Bomberos de Costa Rica por la rápida atención al incidente. Estamos recabando toda la información sobre este lamentable hecho”, salía casi de inmediato el presidente Alvarado a cuestionar el “atentado”.

“Hemos sufrido atentados contra personal del Estado, contra instalaciones y con una evidente mano criminal. Hacemos responsables de todos estos acontecimientos y por una concatenación de hechos a las personas de estos movimientos, pues hay presencia total y absoluta de mano criminal”, alegaba eufórico el ministro de Seguridad Michael Soto.

“Analizando la afectación que tuvimos ayer, me informan de que esto fue provocado por una broca y se hizo de tal manera que el flujo, bajo la presión en la que funciona el poliducto, cayó directamente sobre la carretera. Esto no pudo ser un intento de toma ilegal porque normalmente esto se hace en partes donde el poliducto no se ve”, analizaba el presidente ejecutivo de Recope, Alejandro Muñoz.

Solo pocas horas después el Comisionado de la Fuerza Pública de Alajuela, Raul Rivera, que atendió el caso en el lugar de los hechos, desmentía y llamaba irresponsables las apreciaciones del ministro Soto.

“Esa situación debe ser investigada por parte del Organismo de Investigación Judicial, sería muy arriesgado e irresponsable establecer o afirmar que fue una situación producto de las personas que se encuentran manifestando no solamente aquí sino a nivel de todo el país”, sentenció Rivera.

Desde el 17 de setiembre hasta hoy el gobierno, ni el Ministerio Público han presentado ninguna prueba del supuesto sabotaje y más bien hace cuatro días se descubrieron fugas y tanques de almacenaje de combustible en el mismo lugar del supuesto sabotaje en El Coyol de Alajuela. Los robos de combustibles son muy comunes y representan perdidas por millones de dólares al año.

El secuestro del quirófano 

El último intento de manipulación de la información surgió este 27 de setiembre cuando desde la CCSS salían versiones alarmantes del secuestro de los quirófanos del Hospital San Juan de Dios por parte de los huelguistas.

Desde los medios de prensa que se mantienen oficiosos al lado de las comunicados del gobierno se advertía del acto casi criminal de huelguistas que no permitían el ingreso a los quirófanos y que impedían hasta la realización de “80 operaciones” en dos horas como lo aseguraron algunos medios.

Pasaba el tiempo y en una era de la tecnología no se filtraba ninguna evidencia del acto de secuestro. Ni fotos con celular, ni vídeos, más bien fueron funcionarios del hospital que rápidamente salieron a desmentir el hecho.

Poco después aparecen las primeras imágenes aportadas por la CCSS donde se puede ver que lo que inició como un secuestro, terminó como una reunión de planificación en un comedor que se encuentra cerca del ingreso a los quirófanos.

“Es inadmisible la toma de la sala de operaciones por parte de sindicalistas del Hospital San Juan de Dios. Instruí a los jerarcas del Ministerio de Seguridad Pública y la Caja Costarricense de Seguro Social para que realizaran las intervenciones necesarias que ya permitieron reanudar los servicios de cirugías de emergencias”, alegaba en redes sociales el presidente Alvarado.

“Además se presentarán las denuncias correspondientes para sentar las responsabilidades. La Fuerza Pública de Costa Rica se mantendrá a las órdenes de las autoridades de la CCSS, para garantizar la continuidad de los servicios. Estas acciones no serán toleradas”, amenazaba el mandatario.

Las pruebas de la toma de los quirófanos que fue aportada posteriormente por las autoridades de gobierno, solo fueron un vídeo donde no se ve ningún acto de presión y una acta notarial hecha por un abogado con morosidad ante la Dirección de Notariado que podría invalidar el documento.

Todas las acciones del gobierno para manipular en alta escala son de inmediato replicadas en los medios que se han mostrado afines a sus políticas y que en algunos casos reciben fuerte pauta estatal, o han tenido beneficios fiscales.

Estos medios se encargan de condimentar las noticias cargándolas de falacias a la misericordia, donde se pueden ver personas enfermas, y periodistas insistentes en sacar el rechazo a la huelga, aunque los entrevistados insistan en que no es así.