San José, 22 mar (elmundo.cr) – El especialista en Química de la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica (UCR), Ariel Alfaro, urgió a los diputados que en la legislación se establezca un mecanismo para tratar los desechos producto de las colillas de cigarrillos cuyos metales pesados son un serio peligro dada su contaminación ambiental.
“Las consecuencias del consumo de las colillas son letales para la vida acuática, aunque también en grandes cantidades representa un peligro para todas las especies” , dijo el especialista en declaraciones ante la Comisión Permanente Especial de Ambiente.
Alfaro compareció para referirse al expediente 23.428 “Ley para combatir la contaminación ambiental por colillas de cigarro y Reformas a la Ley General del control del Tabaco y sus efectos nocivos 9028”.
Alfaro detalló que las colillas pueden durar entre uno a diez años en el ambiente, en un experimento hace dos años se puso en reserva diez colillas y al año, se habían degradado en algún punto, pero seguían presentes en el ambiente. Dos años después el papel no se había degradado.
“Los consumidores dejan restos del tabaco. La nicotina de las colillas con las lluvias se disuelve en cierta cantidad y puede durar hasta una semana. Dentro de los metales pesados contenido está el cobre y el níquel. El cobre es muy peligroso y está por sobre 23 mil milígramos en cada colilla. Las colillas deben estar en el relleno sanitario y para lograrlo se debe promover un sistema de educación para recuperarlas”, agregó el especialista.
Para el químico el proyecto no trata en su articulado de las cajetillas que tiene problemas de contaminación más grandes que la colilla.
El diputado del Partido Progreso Social Democrático, Manuel Morales, comentó que los datos metales son más pesados en el manejo ilegal de cigarrillos y es muy injusto que el 40% se le cargue a los productores.
“Se pueden ubicar basureros en puntos de fumado debido a que la responsabilidad debe terminar en el consumidor”, dijo Morales.
Un total de 0.59 milígramos de plomo contiene el cigarrillo y en las cercanías de bares hay un promedio de 48 cigarrillos por metro cuadrado. La campaña debe ser para recolectar plástico, papeles de las cajetillas de cigarro y debe enfocarse en el consumidor, con una educación visual que pueda asociar con algo el daño ambiental.
Para Morales, es un problema de educación. “No es posible que las personas no tengan conciencia y tiren las colillas en el suelo. Lo mismo pasa con las bolsas plásticas. Como consumidor es el responsable del manejo y de cómo se deshace del producto con la conciencia de que la degradación de una colilla es de diez años”, señaló el oficialista.
La legisladora del Partido Liberal Progresista, Kattia Cambronero, destacó que el proyecto busca generar responsabilidad del fabricante.
El especialista comentó que solo dos países regulan la recolección de colillas, uno es Corea del Sur que establece multas al cigarrillo para darle tratamiento superior, tienen sistemas de recolección de colillas, por cierta cantidad de cajetillas se regala cierta cantidad de cigarrillos. Es una campaña muy fuerte de recuperación de materiales.
Otro país que tiene planes de recuperación es Chile que usa los materiales en fabricación de lentes como manera ambientalmente correcta.
La congresista del Partido Unidad Social Cristiana, Daniela Rojas, preguntó sobre las implicaciones del manejo especial de un residuo.
El químico manifestó que debe establecer un solo recipiente para colillas, debería hacerse la separación de materiales, la responsabilidad va a recaer sobre las compañías.
“La solución podría darse en alianza pública-privada sobre el manejo de los residuos de las colillas. Las Municipalidades de Belén, Heredia, y San Pedro tienen recolectores de colillas en los lugares donde más se usan”, finalizó Alfaro.