Escultor del parque de Zarcero denuncia maltratos de párroco desde hace dos años

Zarcero, 4 jul(elmundo.cr)-Desde que el cura párroco Kenneth Castillo llegó a la Iglesia de Zarcero hace poco más de dos años la relación con algunas personas no ha sido la mejor.

Según familiares y el propio escultor del parque, Evangelista Blanco en una entrevista para El MUNDO, el maltrato hacia él por parte del cura empezó pocos meses después de llegar a la comunidad zarcereña.

Evangelista, que cuenta con 79 años de edad recibió de Castillo un trato indiferente. Entre los malos tratos que ha experimentado, según cuenta, están quitarle la mesa donde colocaba sus llaveros y los vendía a los turistas que llegaban al parque; suspensión de la electricidad porque le molestaba la música que ponía en un radio y, posteriormente, mandar a cortar el árbol que él iluminaba durante las navidades, con la excusa de que tenía problemas en la raíz –cosa que no es cierta, porque el tronco y raíces seguían intactas–.

Hace un tiempo don “Lista”, como lo conocen los lugareños, había plantado dos arbustos que con el tiempo se unieron formando una figura parecida a un paraguas, la cual daba sombra a los visitantes y  donde podían resguardarse de los días soleados. La figura del paraguas de ciprés  era el favorito de “Lista”, pero a Castillo le molestaba y lo mandó a arrancar también.

Durante los últimos meses, el maltrato del cura hacia el escultor se fue notando más. Afirma que le botó la casita que la Municipalidad de Zarcero le había construido hace más de 18 años.

Los párrocos anteriores lo respetaban mucho y siempre estaban agradecidos con el trabajo de Blanco, por lo que construyeron ese lugar, para que guardara sus herramientas y sus pertenencias. Castillo le dijo que le haría una nueva casa, pero nunca cumplió con su palabra.

“Lista” ignoró esa injusticia, pero no se dio por vencido. Logró con ingenio  poner a resguardar sus pertenencias sobre un toldo improvisado donde se coloca el portal cada año, mismo lugar donde está una fuente que hoy ya no funciona y luce sucia.

Los últimos días de trabajo llegó a sacar sus cosas donde se encontraba el toldo y encontró un candado nuevo: no pudo ponerse su abrigo y nunca más pudo sacar sus pertenencias. En ese momento sintió que pasaba el límite del trato grotesco del cura hacia él.  Posteriormente, el pasado viernes fue llamado a la oficina del párroco y ahí le entregaron la carta de despido.

También asegura que, en momentos donde la prensa lo buscaba para reportajes especiales sobre él y sus obras, el cura le dijo que cuando llegara un medio, cualquiera que fuera, no diera entrevistas ni declaraciones pues él se encargaría de eso.

“En cierto momento me dijo: ‘su horario lo cumple a cabalidad, de 7 a 5 pm, una hora de almuerzo y tengo ojos, así que por favor pendientes de estas órdenes’”, afirmó.

“Esto es algo que yo nunca me esperaba, el señor cura me trató con desprecio, pero hay que seguir adelante. Dios me da consuelo y el apoyo de mi familia y de toda la gente que vienen a saludarme y decirme que admiran mi trabajo me pone feliz a pesar del momento que estoy pasando”, dijo Lista.

“Yo siempre trabajé con todo el amor del mundo, porque este parque es como mi esposa y los arbolitos de ciprés son como mis hijos, esto es mi vida. Nunca me casé, rechacé propuestas de Disney, de España, Argentina y Japón porque no quería dejar mi pueblito que tanto amo, Zarcero”.

Este mismo cura anteriormente estaba en San Rafael de Heredia y el pueblo tampoco lo quería, porque no soportaban el trato, contaron vecinos que se acercaron a conversar con Evangelista. “A lo mejor él no tiene vocación para esto, no sabe tratar al prójimo, porque así lo demuestra”, dijo Blanco.

“Quiero seguir en el parque aunque ya no pueda o no me dejen trabajar, estar aquí en la mesita vendiendo llaveritos, imanes, artesanías del pueblo, saludar a los turistas. Si viene alguien nuevo a cortar los cipreses y yo les puedo ayudar o guiar yo con mucho gusto lo hago si me lo permiten, porque uno también debe respetar a las nuevas generaciones. Yo no podría estar en mi casa sin hacer nada yo no puedo”, mencionó.

Blanco cuenta que este oficio lo aprendió solo. “Sin clases, es un don que Dios me dio y que yo sólo tengo pensamientos bonitos, cada vez que estoy cortando un arbusto, pienso en mi creador y le agradezco este don que me dio. Hablar con la gente y que saquen fotos a las figuras esa es mi alegría y quisiera seguir así hasta que la vida me lo permita”.

Durante la entrevista, personas de varios lugares del país se acercaron a saludarlo, a preguntarle cómo se sentía; amigos de muchos años que también forman parte del grupo de adultos mayores, manifestaron que el trato del cura con ellos tampoco ha sido el mejor.

Uno de ellos dijo que iba a remodelar desde agosto el salón parroquial donde se reunían para compartir, pero cuando llegaron al lugar, tenían pertenencias guardadas en un armario, otras tiradas en la mesa y otras en el piso.

El salón ya está remodelado, pero aún así un grupo de señoras le pidieron de nuevo el espacio, porque aunque tenían otro lugar, era incómodo para algunos adultos mayores que usaban bordón o andadera; el baño era incómodo y aún así a Castillo no le importó. “Será en dos o veinte años no lo sé”, les respondió. El grupo de adultos mayores no quiso insistir más, porque vieron la negativa del sacerdote.

“Los curas anteriores nos apoyaban, nos daban charlas, no hay un servicio para nosotros. Seguro él siente que nunca va a llegar a viejito. Él no va a cambiar su carácter, es una maravilla como administrador, pero como sacerdote nos queda debiendo. Decidió llevarse el Corpus para Laguna, un lugar cerca de aquí, ya no lo celebra en esta parroquia. Un día en la misa dijo ‘a mi lo que me importa es Dios, no las personas’ y con esa mentalidad queremos que se vaya, que lo cambien por otro que le tenga respeto a los demás”, dijo otro de los presentes en la conversación.

“Él ha agredido a muchas personas, con la prepotencia que él tiene, nunca da razones, solo llega quita lo que no le gusta y ya. Aquí los adultos hemos sido agredidos no físicamente pero si moralmente, no nos apoya, uno espera de un sacerdote amor, cariño y comprensión y él no tiene eso. Los curas estudian psicología para tratar a los creyentes, pero este Castillo no lo demuestra en nuestro pueblo”, dijo otra vecina.

El monseñor Ángel San Casimiro, obispo de Alajuela, llamó a Evangelista para una posible reunión y tratar el tema directamente con él.

El jefe del cura aún no da una respuesta exacta a los lugareños, afirma que entiende el desgaste de la relación entre el párroco Kenneth Castillo y el pueblo católico de Zarcero y que amerita el traslado del religioso, por lo que va a considerar su traslado a otra comunidad.

Últimas noticias

Te puede interesar...

Últimas noticias