Análisis

El enojo de blanco de Luis Guillermo Solís y la novela del cemento chino

» Verdades ocultas, informaciones distorsionadas, reclamos de partes, todo en un solo tema

» Presidente habló de campaña de desprestigio y dijo que hay una intención con nombres y apellidos

El presidente Luis Guillermo Solís trató de aclarar dudas sobre el caso del cemento chino.
El presidente Luis Guillermo Solís trató de aclarar dudas sobre el caso del cemento chino.

San José, 29 ago (elmundo.cr)- El blanco riguroso en lenguaje político busca reflejar transparencia. El enojo del presidente Luis Guillermo Solís al responder a la prensa sobre el caso del cemento chino fue una posición defensiva. La advertencia a quienes están “detrás de esto” fue amenazante, y esta campaña electoral, apenas está empezando.

Solís se paró frente a la prensa con buena parte de su gabinete ayer en Limón, donde está de gira, para aclarar extremos del que es hasta ahora el peor de sus escándalos, y alzando la voz y usando el histrionismo como carta, intentó dejar claro un punto: está anuente a investigar. Tenía que decirlo. Era imperioso para él. Las formas, ya son un asunto de la estrategia de su equipo de comunicación y de él mismo, pero una cosa quedó clara ayer, el Gobierno enfrenta una crisis de credibilidad. De eso no hay duda.

A raíz de ello, el presidente reiteró su posición de colaborar en la investigación sobre el caso del cemento chino y sus importadores.  En principio, el presidente habló de la campaña de desprestigio, de ataques dirigidos relacionadas con el negocio del cemento y su mercado, de la apertura del duopolio que existe en el país anclado por las firmas Holcim y Cemex, de su política pública para bajar el precio del cemento a través de la apertura del mercado cementero, donde la empresa Sinocem ha jugado un papel como mínimo polémico a través de su presidente, el empresario Juan Carlos Bolaños.

La propuesta de Solís era despejar dudas de su lado, y enviar un mensaje a quienes las siembran: sabe quiénes son.

“No vamos a quedarnos quietos, que quede claro. Nos vamos a defender de la mentira y de la desorientación, con que algunos irresponsables pretenden involucrarnos en acciones que no se han cometido”, dijo.

Aún así, este artículo se podría enfocar por el final de las declaraciones del presidente Solís , en las que golpeó bajo al fundador del Partido Acción Ciudadana (PAC), Ottón Solís, pero eso sería morder el anzuelo. Ya se llegará a ese río, aunque luego de este lunes, parece que allí, no hay puente que una a ambos políticos.

De momento, se entra a la revisión de la posición del presidente Solís, que fue apaciguar el fuego echándole gasolina.  Señaló en abstracto, y a pesar de las preguntas y repreguntas se negó a dar nombres. Acusó a partidos políticos, a empresarios y medios de comunciación de tener agendas dirigidas a dañarlo a él y a su gobierno. Era casi una denuncia pública hecha “contra ignorado”, y se limitó a llamarlos “los del otro lado de la acera”.

“Vamos a ver en qué terminos me plantean los del otro lado de la acera sus acusaciones, sus mentiras, sus falsedades, porque sabiendo que las están espárciendo, y sabiendo además que algunas de ellas han sido sometidas casi que a consulta en los directorios de algún partido político, hasta allí he sabido que han ido a dar las cosas. Porque afortunadamente en este país hay gente decente en todos los partidos, que son amigos míos y me avisan lo que están maquinando, en eso no tiene nada que ver Mariano (Figueres). Es más, inútil él, que no me lo dijo”, afirmó el presidente.

Su postura denotó en algunos momentos fastidio, en otros, estar por encima de las circunstancias, apoyado en esos contactos de otros partidos, por ahora innombrables, en los que se apoya, pero siempre enfocado en dejar claro, era que sabía de dónde vienen las balas.

“Me lo dicen los propios miembros de los partidos políticos. Que lo sepan de una vez, que tengo amigos en partidos políticos, que me cuentan los que están haciendo, y en uno en particular, que me reservo porque tengo que hacerlo por responsabilidad ante el país, pero sé lo que están haciendo, sé lo que están proponiendo, sé lo que están diseñando, y también sé quién lo está financiando”, decía en tono amenazante mientras sus miembros de gabinete parpadeaban y escuchaban.

El presidente abría los brazos, y se negaba a dar los nombres de esos medios, de esos empresarios y esos políticos a quienes les dijo “los tengo absolutamente ubicados, porque en los propios partidos políticos me los están dando. Sé quiénes son, sé por qué lo están haciendo”, decía.

Era una transmisión en vivo. En esta época de las redes sociales y de los mensajes inmediatos, el perfil de la Presidencia de la República ardía en ataques y defensas, señalamientos al tema del cemento chino, y a las reuniones con el empresario Juan Carlos Bolaños, y a la chota.

La campaña electoral se juega también en las redes, y el presidente y su equipo lo saben. El plan era marcar la cancha, dar la cara, empujar un mensaje retador a los detractores, y respuestas a los que cuestionan, sin embargo, el ruido en redes siempre será intenso del lado de la crítica. Poca gente le da “like” a un comentario positivo para la administración del poder.

Pero esto se trata de una crisis en la que quien calla otorga, y los hornos de Facebook y Twitter aún no se habían apagado luego del show del viernes en el Congreso, cuando el empresario del cemento chino, cuestionado por el crédito de $20 millones que recibió del Banco de Costa Rica (BCR) le dio a los medios el contenido del día con su accidentada comparecencia ante los diputados de la comisión especial que le investiga a él y al directivo de ese mismo banco, Alberto Raven.

Este último, de perfil más bajo y relacionado con un crédito por $32 millones otorgado a Coopelesca, para la compra de una hidroeléctrica 6 veces más barata, negocio cerrado en el bufete fundado por el propio directivo.

Solís hablaba informado. Un presidente no podría hacer lo contrario. Informes de la auditoría del BCR dan por buenos los cuestionados procedimientos para otorgar ambos créditos.

Pero eso no era público ayer, el diario La Nación lo publicó en la mañana de este martes, por lo que el lunes, Solís dirigió sus defensas y balazos hacia la especulación de algunos medios, hacia la investigación que no ha encontrado el eco esperado en el Ministerio Público, hacia los diputados de la oposición y el oficialismo que lo critican y golpeó, una y otra vez la mesa invisible donde se juega este juego que en medio tiene millones de dólares de recursos públicos y que él asegura está dispuesto a que se investigue.

Pero al mismo tiempo era una jugada de desmarque, tanto de Juan Carlos Bolaños como de cualquier cuestionamientos sobre amiguismos o atisbo de corrupción. No solo de él, también de sus más cercanos colaboradores. Entre ellos, Mariano Figueres, el director de Inteligencia y principal asesor de Solís, aunque eso le costara señalamientos y voces alzadas desde las trincheras de la oposición.

Tan planeado estaba el escenario, tan medida cada palabra, tan ajustado el libreto de la presentación de este lunes, que Mariano tuvo espacios para presentarse a los medios con el papel del jefe de Inteligencia que Solís le otorga, al punto de que, interrumpiendo al ministro de Comunicación, Mauricio Herrera, le dio la palabra a Figueres, para que hiciera lo suyo, y el asesor presidencial y jefe de la Dirección de Inteligencia no desaprovechó el espacio.

El desmarque

“Este es un gobierno que dice verdad, y que sostiene verdad y que defiende la verdad y en ese sentido, lo que falta con todo este tema, es que se investigue profundamente, pero separemos los temas claramente para que uno no confunda, no enturbie el otro. Hay que investigar cualquier posibilidad de tráfico de influencias, cuando se ha dado un crédito de un banco del Estado a un negocio privado para hacer sus negocios. El presidente ha dado instrucción a lo interno del Gobierno Central, e insta afuera del Gobierno Central a que esa investigación se lleve a cabo hasta las últimas consecuencias. Eso debe ser así”, afirmó Figueres sin da tiempo a que le ajustaran el micrófono.

Figueres también aprovechó para desvincularse de cualquier aproximación a Juan Carlos Bolaños, reconocido por su cercanía con funcionarios de alto vuelo político, tanto de Liberación Nacional como del PAC, el Movimiento Libertario y el PUSC.

Fue la misma estrategia de Solís al contestar la primera pregunta de la conferencia de prensa en Limón.

“Yo quisiera aclarar dos cosas: primero, con el empresario Juan Carlos Bolaños, de una manera categórica, vehemente y con todas las palabras, quiero decirles que yo nunca lo conocí antes de la reunión del 9 de diciembre del 2015 a la que fui llamado por una ausencia de último minuto del ministro de Economía que era a quien correspondía que estuviera allí, y después de esa reunión nunca lo he visto, no tengo ninguna relación profesional, ninguna relación laboral, ninguna relación de amistad, ninguna relación social, de ningún tipo. Reitero, eso que quede absolutamente claro”, dijo Figueres.

La patraña

Avisados quedaron los estrategas de eso que llama Solís “los del otro lado de la acera” de que los están monitoreando. Tanto es así que Figueres dejó en claro que ese es el punto a investigar.

Antes de entrar en este punto, que era el segundo de los puntos que Figueres dijo que quería aclarar, el jefe de la DIS defendió la decisión del Gobierno de abrir el mercado del cemento.

“Lo segundo que hay que investigar es el fondo de toda esta patraña, el fondo de toda esta infamia, que es que este gobierno, dentro de sus potestades legales, con valentía, en defensa del consumidor costarricense, tomó una decisiópn política por abrir el mercado de cemento, porque afecta absolutamente a toda la población del país, y durante demasiados años hemos estado pagando un sobreprecio. Eso es una decisión corrrecta, valiente del gobierno de la República, en defensa de los consumidores y ahí es donde nace esta patraña, y lo que hay que investigar porque es el fondo de todo esto, es, ahora sí, echemos para atrás: quiénes han defendido ese duopolio, y quienes tratan de ensuciar un gobierno que tiene un gabinete, un presidente, presidentes ejecutivos que son gente honesta y de trabajo, que le sirven a este país y que eso quizá le de mucha cólera a algunos intereses comerciales.”, afirmó.

Pasado este entremés, enfiló sus balazos hacia quienes están detrás de las investigaciones, incluidos y por encima también de los medios de comunicación que han marcado el tema de cemento chino como su agenda y su bandera. Incluso se ofreció para ayudar a los medios que quieran investigar lo que según dijo, hay detrás.

“Investiguemos qué empresas están tratando de ensuciar el nombre de un gobierno valiente. Investiguemos cuáles actores políticos andan en eso, y cuáles medios de comunicación andan en eso, y expongámoslos y hablemos y llevemos esto hasta las últimas consecuencias, porque no se vale que por intereses comerciales, indignos, que perjudican a todo el pueblo de Costa Rica se venga a ensuciar a un gobierno honesto y trabajador, a un equipo de trabajo honesto y trabajador y a un presidente que no defiende amiguismos, que no tapa absolutamente nada, y que a cualquiera de nosotros nos pasa a la guillotina si nos detecta cualquier irregularidad. Lleguemos a esas investigaciones, y de parte yo estoy a la orden para colaborar con lo que sea en eso”, afirmó.

Pero el presidente Solís parece tener ya todas las respuestas, aunque no contesta con la claridad que se quisiera a todas las preguntas. De hecho, luego de la intervención de Figueres, uno de los periodistas pidió nombres, pidió señas, a lo que el mandatario expuso:

“En primer lugar ya dije quiénes son los que están (detrás): son intereses comerciales, mediáticos, políticos, no se los voy a dar (los nombres), porque yo sé que los que me están viendo detrás de estas cámaras están esperando que yo de esos nombres para sentirse muy contentos, porque el presidente se ha colocado donde querían que se colocara, y ese es un favor que no les voy a hacer, pero los tengo absolutamente ubicados, los tengo, porque los propios de ellos me los están dando (los nombres) y las personas que erstán allí, yo sé quiénes son, y ellos también y se los digo aquí, viéndolos a través de estos lentes, sé quiénes son, sé por qué lo están haciendo”, dijo.

El golpe de efecto: Ottón Solís

Equivocado o no, dentro o fuera del libreto, lo cierto es que el presidente Solís dejó para lo último un golpe de efecto que sabía iba a ser uno de los puntos más llamativos. El presidente sabe de comunicación política. Vivió y vive de eso. De ahí que a la primera oportunidad, abrió espacio para golpear a sus detractores dentro del mismo oficialismo, y parte de ello fue poner en duda de que Ottón Solís (a quien no mencionó pero aludió) y otros diputados que no identificó, fueran parte de un “partido de Gobierno”.

“Frente a las dudas de diputados de todos los partidos, incluido el que llaman partido de Gobierno, que poco parece un partido de Gobierno, porque hay unos diputados allí que tienen la afición de atacarme con una avidez propia de un resentimiento profundo, que probablemente tenga alguno, a lo mejor no ganó alguna vez entonces se siente muy ofendido por eso, algún diputado, digo yo, porque ya es tanto lo que se queja, que a lo mejor tiene algún resentimiento que no se resuelve. una cosa sicológica, un problema de este tipo, yo no sé, porque me cuesta entender mucho que una persona se ensañe de esa manera, una y otra vez, verdad, pobrecito, una persona así, que vaina. Pero bueno, si los diputados están pidiendo claridad sobre tráfico de influencias, repito lo que he dicho. que se busque, que se constate, y que se castigue a todo mundo, incluido a mí, en primer lugar.

El reclamo y cuestionamiento dio por terminada la conferencia de prensa, sin embargo, abrió el debate sobre la forma en que el presidente abordó el tema, sobre sus formas, sobre su posición a la defensiva y sobre lo que se viene.

Por su parte, el diputado Ottón Solís lamentó el nivel de discurso en el que el mandatario se expresó, señalando resentimientos y problemas emocionales de parte del fundador del PAC, quien fue tres veces candidato presidencial.

Por lo pronto el debate continúa, justo la noche de este martes, la comisión especial investigadora en el Congreso recibió a los miembros de la junta directiva del BCR; el empresario Juan Carlos Bolaños insiste en la limpieza de sus actos, el fiscal general Jorge Chavarría, dijo la mañana de el lunes a la periodista Amelia Rueda, que está haciendo su trabajo y criticó con fuerza las especulaciones que se hacen sobre el desempeño del Ministerio Público, ya que de momento no ha encontrado delito que perseguir en el caso.

 

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