El desconocido reino de la cultura anasazi en Estados Unidos

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En el Newspaper Rock se pueden ver más de 650 petroglifos que representan personas y animales. Crédito: Michael Juhran / dpa-tmn

Por Michael Juhran (dpa)

El reino de la desaparecida cultura anasazi, en la región de Four Corners, atrae a los turistas que en Estados Unidos quieren ver algo más que el Monument Valley y el Parque Nacional de los Arcos. Jared Barrett lleva a los turistas a un paisaje que todavía hoy está lleno de secretos.   Barrett debe de estar un poco loco. ¿Quién dejaría su puesto de profesor muy bien renumerado en la Universidad de Salt Lake para emigrar al desierto? Un ermitaño quizá, pero Jared es todo menos eso. Él ama su vida, a su mujer y a sus hijos. Si a veces efectivamente se retira al desierto, solo lo hace para descubrir algo nuevo que pueda compartir con otras personas.

“Los turistas que viajan por Utah, Arizona, Colorado o Nuevo México sólo raras veces se detienen en el lugar donde se unen los cuatro estados federales”, dice Jared. “La mayoría atraviesa en coche el tramo situado entre el paisaje del Oeste de Monument Valley y los arcos de piedra natural rojiza del Parque Nacional de los Arcos, por lo que se pierden muchas cosas”.

Durante sus años en la universidad, Jared se dedicó a estudiar la región de Four Corners, que entre los siglos VIII y XIII probablemente era una de las más densamente pobladas de Norteamérica. “Hasta medio millón de anasazi vivían en aquel entonces en las extensas gargantas de Four Corners”.

Ya antes de la llegada de los españoles, los anasazi se vieron obligados a abandonar la región, probablemente a causa de una prolongada sequía. Dejaron atrás unas ruinas interesantes desde el punto de vista histórico-arquitectónico, que en su mayoría eran viviendas de adobe instaladas en nichos de rocas o bajo acantilados.

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Se desconoce si la llamada ciudadela servía como vivienda o como lugar para rituales sagrados. Crédito: Michael Juhran / dpa-tmn

Mientras que los complejos de viviendas en el Chaco Canyon o en el parque nacional Mesa Verde se convirtieron hace tiempo en atracciones turísticas, solo pocas construcciones en la región de Four Corners han salido de su letargo.   Temprano por la mañana nos trasladamos en jeeps al distrito Needles del parque nacional Canyonlands. La primera parada es Newspaper Rock, en el condado de San Juan, unos 50 kilómetros al noroeste de Monticello. “Hace ya unos 2.000 años, diferentes tribus indias grababan los primeros búfalos, antílopes e imágenes de personas en esta piedra”, explica Jared señalando una gigantesca losa con más de 650 petroglifos. La gran cantidad de dibujos es un indicio de que en algún tiempo aquí había muchísimas personas y animales.

Detrás de la entrada al parque nacional comienza el tramo difícil de la expedición. Como si tuviese orugas, el vehículo sube y baja lentamente por rocas empinadas, pasa con dificultad por estrechas gargantas y pasa delante de pináculos rocosos y arcos de piedra natural con rayas blancas y rojas. Durante unas breves caminatas aparecen vistas panorámicas de la confluencia del Green River y el Colorado, y una y otras vez pasamos frente a antiguas viviendas y graneros de los anasazi.   Aún más espectaculares son al día siguiente las caminatas al sur del parque nacional Canyonlands. Jared nos lleva a ruinas muy alejadas de la civilización actual. No se ve un alma por ningún lado. Los agentes inmobiliarios podrían pedir precios muy elevados por una casa en este paraje. Sin embargo, hay un problema con el suministro de agua. La presencia de lechos secos indica que en el pasado debieron de haber existido aquí arroyos y ríos. “Todavía los hay hoy, pero no los vemos”, dice Jared.

El desconocido reino de la cultura anasazi en Estados Unidos
Excursión por el parque nacional Canyonlands, con sus impresionantes formaciones rocosas. Crédito: Michael Juhran / dpa-tmn

Información básica: Four Corners

Cómo llegar:  en avión vía Newark a Grand Junction y desde allí en coche de alquiler a Moab.

Cuándo viajar: los meses de mayo y junio, septiembre y octubre. En julio y agosto, las temperaturas muchas veces son extremadamente elevadas.

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