San José, 26 jun (elmundo.cr) – Un estudio reveló impactos prolongados de la COVID-19 en la salud física y mental de personas no vacunadas, según reveló el estudio RESPIRA, realizado por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Ministerio de Salud, ACIB-FUNIN y la Universidad de Costa Rica (UCR).
Los hallazgos del estudio, que siguió a 3000 niños y adultos durante dos años, muestran una reducción en la calidad de vida y la salud de las personas que tuvieron la infección, con secuelas como limitaciones físicas, disminución de la vitalidad y aumento del deterioro cognitivo (“niebla mental”).
Las mujeres y las personas con casos graves de COVID-19 fueron las más afectadas, experimentando consecuencias significativas y duraderas. Este es el primer estudio en Costa Rica que estima los efectos a largo plazo de la enfermedad en una muestra representativa de la población general.
“Los hallazgos son muy importantes porque nos dan una idea del verdadero impacto de la COVID-19 en la población”, dijo Cristina Barboza Solís, colaboradora del proyecto RESPIRA. “Este tipo de estudios son relevantes para informar a los tomadores de decisiones sobre las posibles cargas en el sistema de salud”.
Para determinar los efectos a largo plazo, los investigadores analizaron los síntomas de personas que tuvieron COVID-19 no vacunadas y los compararon con un grupo de control de personas que no habían sido diagnosticadas. Las personas que tuvieron COVID-19 reportaron una mayor frecuencia de dolor de articulaciones, opresión en el pecho y manifestaciones cutáneas hasta dos años después de la enfermedad.
El Dr. Rolando Herrero, director científico de ACIB-FUNIN, destacó que el estudio RESPIRA ha permitido analizar el impacto de la COVID-19 en la población costarricense desde diversas perspectivas. “Mediante diversos artículos o subestudios, hemos podido determinar hallazgos importantes”, señaló.