Asamblea Legislativa, 7 oct (elmundo.cr) – A ochos años de la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estado Unidos, vía de referéndum, el cual en su momento representó el principal proyecto estratégico para el desarrollo económico, impulsado por la mayoría de partidos políticos que integraban la Asamblea Legislativa así como por la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP), el país sigue a la espera de que se cumplan las promesas de este tratado.
El problema de desempleo, la salida de empresas de capital extranjero del país, como lo es el caso reciente de Burger King y de Wendys, ambas franquicias de cadenas de comidas rápidas, así como la reducción de operaciones en suelo nacional por parte de INTEL, son fenómenos cada vez más frecuentes, y contrarios a lo que se esperaba después de la aprobación de ese TLC.
“Ocho años después nos preguntamos ¿dónde están los empleos, las fuentes de trabajo, la bonanza económica que se prometió?, se preguntó de forma retórica Edgardo Araya, diputado del Partido Frente Amplio, quien aseguró que su bancada legislativa como parte del Movimiento del No al TLC, nunca estuvo convencida de las grandes maravillas que supuestamente iban a traer.
Frases de la campaña del Sí al TLC, impulsadas por el entonces presidente de la República, Oscar Arias Sánchez, calan en la memoria costarricense por la incapacidad de ser llevadas a la práctica e implementadas en la realidad social del país, “los que venían al trabajo en bicicletas van a venir en moto, y quienes venían en hyundai van a venir en BMW”, se decía. No obstante, “esas promesas fueron una falta de respeto al pueblo costarricense”, comentó el legislador frenteamplista.
“Hace 8 años cuando el poder político y económico se concentró para meterle miedo a la gente, cuando se utilizaron los medios de comunicación de una manera absolutamente desbalanceada, donde solo había plata para llevar el mensaje del Sí al TLC, también estuvo el esfuerzo de la gente, casa por casa, calle por calle, haciendo campaña en contra de este tratado, pero la historia lo que dice es que el Sí ganó, y seguimos con la esperanza viva aún en un país más equitativo, más solidario, más justo, y evidentemente no era el TLC el que iba a traer esto”, aseveró Araya.
Pero, si el TLC fue impulsado por sus defensores como punta de lanza del desarrollo costarricense ¿qué aspectos positivos ha traído el TLC?, “nada, absolutamente nada, nos casamos con un muerto”, es la consideración de Edgardo Araya, quien asegura que más que beneficiarnos, ahora los procesos de crisis económica que experimenta EEUU arrastra más rápido a la economía nacional.
Según el diputado del Frente Amplio, lo más lamentable, es que a clase política y social, que impulsaron el Tratado de Libre Comercio, “sigue apostando al mismo proyecto, a la Inversión Extranjera Directa (IED), al capital transnacional y extranjero, a privatizar, a desmantelar el Estado social y democrático de derecho, a desmantelar y a quitarle los derechos laborales a trabajadores, ese sigue siendo el proyecto”.
Por ese motivo, Araya enfatizó en la necesidad de un cambio de modelo, en darla más importancia a la economía interna, al pequeño y mediano productor, en la generación de encadenamientos productivos, y en lograr un Estado social fuerte que pueda balancear lo que el mercado no puede hacer.
