San José, 30 oct (elmundo.cr) – El uso de vapeadores en Costa Rica se ha disparado en los últimos años, principalmente entre jóvenes. Las proyecciones para finales de 2024 estiman un preocupante aumento de casos de trastornos relacionados con el vapeo.
Según datos del Área de Estadística en Salud de la CCSS, los casos reportados pasaron de 13 en 2021 a 78 en 2022 y 1.456 en 2023. Se prevé que esta cifra alcance los 3.500 para fines de 2024. La mayoría de los afectados son jóvenes de entre 15 y 29 años, principalmente varones.
La Dra. Gloriana Loría Chavarría, especialista en neumología pediátrica, expresó que “estos datos son alarmantes y reflejan un problema de salud pública que no podemos ignorar”.
Otro aspecto preocupante es el aumento de las intoxicaciones por vapeo. El Centro Nacional de Control de Intoxicaciones de la CCSS registró 14 casos en 2023, un notable incremento respecto a los 7 de 2022. El 64,3% de estos casos involucraron a menores de edad, incluso niños pequeños.
Los síntomas más comunes de intoxicación por vapeo incluyen taquicardia, presión arterial baja, temblores y dificultad respiratoria. La Dra. Loría enfatizó que la exposición a la nicotina y otras sustancias tóxicas en los vapeadores puede interferir con el desarrollo pulmonar y neurológico de los jóvenes.
Análisis recientes del INCIENSA revelaron la presencia de 42 sustancias dañinas en los líquidos de vapeo, incluyendo ocho sustancias tóxicas e irritantes que superan las recomendaciones internacionales de nicotina. La inhalación de estas sustancias puede causar irritación e inflamación de las vías respiratorias, aumentar la predisposición a infecciones respiratorias y, en casos graves, provocar EVALI.
Costa Rica ya registró su primer caso de EVALI en un adolescente de 16 años, quien requirió hospitalización en cuidados intensivos. La Dra. Loría Chavarría señaló que “la popularidad del vapeo entre los adolescentes se debe a una percepción errónea de que es menos dañino que fumar cigarrillos tradicionales”.
Las autoridades hacen un llamado a padres y educadores a involucrarse en la educación sobre los riesgos del vapeo y estar atentos a signos de su uso en jóvenes. Se implementarán políticas efectivas y programas de educación para abordar este problema y proteger la salud de las nuevas generaciones.