San José, 22 dic (elmundo.cr) – Para reflexionar sobre los desafíos y oportunidades para fortalecer los entornos alimentarios en Costa Rica, se llevó a cabo el webinario Construyendo entornos alimentarios saludables y sostenibles: una tarea compartida, un espacio que reunió a más de 40 personas entre representantes del gobierno, municipios, sociedad civil y organismos internacionales.
La actividad forma parte del proyecto regional Sistemas Agroalimentarios Urbanos, impulsado por el Gobierno de Brasil, a través de la Agencia Brasileña de Cooperación de Ministerio de Relaciones Exteriores (ABC/MRE) y el Ministerio de Desarrollo y Asistencia Social, Familia y Lucha contra el Hambre (MDS), en conjunto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el marco del Programa de Cooperación Internacional Brasil-FAO.
Asimismo, en el espacio fueron compartidos los aprendizajes generados a través del trabajo interagencial, implementado entre FAO y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, el cual fortaleció la gobernanza de los sistemas agroalimentarios en dos cantones rurales de Costa Rica: Buenos Aires, Puntarenas y Guatuso, Alajuela.
Costa Rica, pese a ser un país catalogado como de renta alta (Banco Mundial, 2025), enfrenta importantes brechas que impactan directamente la seguridad alimentaria y nutricional. Para 2024, el 18% de los hogares vivía en condición de pobreza (32.9% en población infantil) y un 4,8% en pobreza extrema (ENAHO 2024). A esto se suma un aumento sostenido de la desigualdad: el índice de Gini pasó de 45,6 en 1997 a 50,2 en 2023.
En materia de nutrición, el país registra cifras preocupantes: 71% de las personas adultas presentan sobrepeso u obesidad, así como un 34% de niñas y niños entre 6 y 12 años (CCSS 2018, EMNA 2018). Estas condiciones incrementan el riesgo de enfermedades no transmisibles como hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Además, 16 de cada 100 hogares reportó inseguridad alimentaria moderada o severa en 2020 (ENAHO 2020). Aunque Costa Rica no enfrenta una crisis generalizada, persisten brechas que impiden el acceso universal a una alimentación adecuada, especialmente para personas en mayor vulnerabilidad.
Patrícia Gentil, directora del Departamento de Promoción de una Alimentación Adecuada y Saludable del MDS, destacó que Brasil enfrenta el reto de avanzar de forma continua en la agenda alimentaria urbana, en un contexto de intensa urbanización que ha moldeado profundamente las condiciones de vida y salud de la población. Subrayó, además, que la inseguridad alimentaria y nutricional se concentra en las zonas urbanas, donde persisten altas tasas de sobrepeso y obesidad, dificultades de acceso físico y económico a alimentos saludables, largos circuitos de producción y consumo, la presencia de desiertos y pantanos alimentarios, así como el creciente impacto del cambio climático, entre otros, especialmente en áreas con población en situación de vulnerabilidad.
A su vez, la Analista de proyectos de ABC, Riffat Iqbal, señaló que una verdadera transformación del sistema alimentario implica garantizar el acceso de las personas a alimentos de calidad en escuelas, comunidades, lugares de trabajo, mercados, ferias e incluso en plataformas digitales, fomentando el consumo de alimentos naturales y reduciendo la presencia de alimentos ultra procesados.
João Intini, Oficial Principal de Políticas de la FAO para Sistemas Alimentarios en América Latina y el Caribe, destacó la importancia de este tipo de conversatorios en un momento en que los países se encuentran especialmente desafiados a aprobar políticas públicas fundamentales para sus poblaciones. Agregó que, en la COP 30, quedó claro que ya no es suficiente impulsar una política de seguridad alimentaria y nutricional sin considerar la preocupación por el ambiente, los entornos alimentarios y los vínculos entre las regiones urbanas y rurales.
En esa misma línea, desde UNICEF se subrayó la necesidad de que estos espacios generen compromisos concretos orientados a transformar los entornos alimentarios y mejorar la calidad de vida de la niñez y las familias. “Ojalá que las conversaciones de hoy nos inspiren, nos reten y nos impulsen a tomar decisiones que generen un impacto real en la vida de las personas, especialmente en la vida de quienes dependen de nuestras acciones”, afirmó Juan Manuel Baldares, gerente de programas de UNICEF Costa Rica.
Intercambio de experiencias y reflexión técnica
El webinario contó con presentaciones del municipio de Caxias do Sul, de Brasil, y de Maynas, en Perú, que compartieron acciones concretas para transformar los entornos alimentarios locales. Desde Costa Rica, el Ministerio de Salud, el Ministerio de Agricultura y Ganadería y el Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM) expusieron iniciativas para promover estilos de vida saludables y fortalecer la articulación interinstitucional en los territorios.
“Desde la Municipalidad Provincial de Maynas estamos impulsando una ciudad verdaderamente sostenible, fortaleciendo la agricultura familiar, modernizando el sistema de suministro de alimentos y promoviendo escuelas sostenibles que integren el saber ancestral y la tecnología. Nuestro compromiso es mejorar la seguridad alimentaria y el bienestar de nuestras niñas, niños y adolescentes, articulando esfuerzos con todos los actores del territorio.” detalló Nair Burga, Municipalidad Provincial de Maynas, Perú.
Adicionalmente, se destacó la experiencia del cantón de Mora en la construcción del Plan Local para la Promoción de Estilos de Vida Saludables 2025–2030, un proceso que integró actores de distintos niveles y que evidencia la importancia de la gobernanza participativa y el trabajo interinstitucional, así como la participación de las personas para mejorar el bienestar de las comunidades.
El Gobierno de Brasil, las instituciones participantes, la FAO y UNICEF, coincidieron en que espacios de diálogo como este son fundamentales para impulsar transformaciones reales en los sistemas agroalimentarios de la región. Estos encuentros permiten compartir experiencias, fortalecer alianzas, y avanzar hacia políticas públicas que respondan a los desafíos actuales de las ciudades y los territorios rurales.