El Gobierno de Costa Rica firmó este lunes 8 de diciembre en Jerusalén un Tratado de Libre Comercio (TLC) con el Estado de Israel, en un acto encabezado por el ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar Rivera, y su homólogo israelí, Nir Barkat, ministro de Economía e Industria.
La firma oficializó un acuerdo bilateral que había concluido su etapa de negociación técnica desde noviembre, y que ahora deberá ser ratificado por la Asamblea Legislativa costarricense para entrar en vigencia. Según el Ministerio de Comercio Exterior (Comex), el tratado facilitará el intercambio de bienes y servicios entre ambos países, ampliará el acceso a tecnologías israelíes, y eliminará de forma inmediata la mayoría de aranceles entre ambas naciones.
Oportunidad comercial o respaldo implícito
Para el Gobierno costarricense, se trata de una “apuesta estratégica por la innovación y la diversificación de exportaciones”. Tovar Rivera destacó que el TLC permitirá aprovechar oportunidades en manufactura, agroindustria y tecnologías limpias. “Israel es un país con alto desarrollo tecnológico. Esta es una ventana para que Costa Rica se integre mejor a cadenas de valor con alto valor agregado”, señaló Comex en su comunicado oficial.
Sin embargo, el acuerdo ha generado una ola de críticas tanto dentro como fuera de círculos diplomáticos. Concejos municipales —como el de Goicoechea—, organizaciones de derechos humanos y movimientos pro-Palestina han manifestado su rechazo al tratado, al considerar que legitima una relación con un Estado que actualmente está envuelto en una ofensiva militar de alto costo humanitario en la Franja de Gaza.
“Firmar este tratado en medio de los bombardeos sobre la población civil palestina es una señal diplomática muy delicada. Costa Rica no puede ir en contra de su tradición pacifista”, expresó la Red de Solidaridad con Palestina en un comunicado publicado esta semana.
Movilizaciones y señalamientos políticos
Durante las semanas previas a la firma, distintas organizaciones realizaron protestas pacíficas, recolección de firmas e incluso acciones ante autoridades municipales para frenar el proceso. La diputada Sofía Guillén Pérez (Frente Amplio) declaró en X que “el TLC con Israel es inmoral y mancha la política exterior costarricense con sangre”.
Además, el concejo de Goicoechea aprobó en junio una moción solicitando al Ejecutivo abstenerse de avanzar en este tratado. A pesar de las objeciones, la firma se concretó en Jerusalén, sin presencia de medios costarricenses ni transmisión oficial del acto.
Próximos pasos: Asamblea Legislativa
Ahora, el TLC deberá pasar por el proceso legislativo en la Asamblea. La Cancillería y Comex esperan que se presente antes de que finalice el periodo de sesiones extraordinarias, aunque los sectores críticos ya anticipan una ofensiva política para frenar su aprobación.
El tratado fue firmado en uno de los momentos de mayor tensión en Medio Oriente, luego de que las fuerzas armadas de Israel intensificaran su ofensiva sobre Gaza, con más de 17.000 muertos según cifras de Naciones Unidas, y denuncias internacionales por posibles crímenes de guerra.
Mientras tanto, en redes sociales y espacios universitarios, el tema ha motivado debates sobre los límites de la política comercial costarricense, el papel de la neutralidad histórica y los valores de derechos humanos que tradicionalmente han definido la diplomacia del país.
