San José, 27 ago (elmundo.cr)- Un total de 19 personas de 40 años o menos han fallecido por COVID-19 en Costa Rica durante estos casi seis meses de pandemia.
Según datos del Ministerio de Salud, las personas más jóvenes fallecidas son tres, de 21 años cada una, que precisamente se reportaron en agosto.
La primera persona muerta de esta edad se informó el pasado 15 de agosto y como factor de riesgo presentaba una aplasia medular severa, que es la desaparición de las células encargadas de la producción de la sangre en la médula ósea.
Luego, dos días después, fallecería una segunda persona de 21 años, tras enfrentar una sepsis severa y neumonía por COVID-19.
Entre las edades de 21 a 30 años, en total han fallecido nueve; y de 30 a 40 años, han fallecido diez, exhibiendo cifras muy similares ambos grupos.
Estas 19 muertes representan apenas un 4,8% del total de 397 decesos, sin embargo, ¿por qué el virus se hace en ocasiones tan letal para personas jóvenes, incluso sin factores de riesgo?
Factores de riesgo más comunes
El detalle sobre factores de riesgo o no, en el caso de los fallecidos por COVID-19, las autoridades del Ministerio de Salud solo lo tienen actualizado hasta el 26 de julio, entonces procederemos a analizar hasta esa fecha.
El país estuvo hasta el 8 de junio sin reportar la muerte de una persona menor de 40 años. Ese día se informó sobre una mujer de 26 años, asmática con diagnóstico COVID-19 post mortem.
Luego en julio se reportaron seis jóvenes que no pudieron recuperarse de la enfermedad, pero la mayoría tenía factores de riesgo como diabetes, hipertensión arterial, obesidad y enfermedad renal crónica.
Dos personas, de 27 y 40 años que fallecieron, no tenían registros de comorbilidades.
¿Por qué el virus llega a ser letal en jóvenes?
Una de las teorías, difundida por el investigador biomédico del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, Philip Murphy es que algunas personas están genéticamente predispuestas a desarrollar síntomas más graves de COVID-19 que otras.
Murphy dijo a la Science Magazine que las variaciones en el receptor del gen ACE2 de una persona potencialmente “podrían hacer que sea más fácil o difícil que el virus ingrese a las células pulmonares”.
En declaraciones a EL MUNDO, el doctor Rigoberto López, director de la Escuela de Medicina y Cirugía de la Universidad Latina, explicó otras teorías que se manejan en el ámbito internacional sobre esta situación.
“Por su condición psíquica la mayor parte de los jóvenes necesitan una mayor interrelación con sus congéneres que una persona adulta. Ya los adultos mayores han ido aprendiendo la posibilidad de desarrollarse de una manera más reducida, pero el joven psíquicamente necesita relacionarse con sus iguales y es por eso que se mueven en grupos. El confinamiento por tanto los afecta más y tienden a buscar salidas”, comentó.
Además, explica que las personas jóvenes no cuentan con una dimensión del peligro ni riesgo. Para ellos la posibilidad de enfermedad o muerte es muy lejana.
“Se ha detectado que algunas personas jóvenes sin factor de riesgo, tienen bajos niveles de sustancias surfactantes: es una sustancia líquida, antiadherente que está presente en el interior de los alveolos pulmonares. Si usted tiene un virus que va a atacar ahí y usted tiene poca sustancia surfactante, es un problema. Hay pacientes que tienen niveles bajos de esta sustancia y esto, unido a la infección de COVID-19, tiende a colapsar el pulmón”, añadió el infectólogo.
La teoría con la que más coincide el doctor López es la llamada “Tormenta de Citoquinas”, que se produce al interior del sistema inmunológico, cuando las citoquinas intentan combatir la infección.
“Esto provoca una reacción tan poderosa que desequilibra el organismo y crea situaciones que dan al traste con la vida. A esto se le puede unir la teoría de la carga viral. Existe hipótesis de que a una mayor carga viral los síntomas son más severos. Puede ser que esto se dé en personas jóvenes”, señaló.