San José, 3 jul (elmundo.cr)- La Conferencia Episcopal envió un mensaje a los ciudadanos, ante el agravamiento de la crisis por el COVID-19, que se ha dado en Costa Rica.
“Asumamos nuestra responsabilidad y fortalezcamos la unidad y la esperanza”, expresó la Conferencia Episcopal.
Los obispos recordaron que “el papa Francisco en su bendición extraordinaria para todo el mundo, el pasado mes de marzo, nos confortaba con estas palabras y nos exhortaba a cuidarnos y cuidar, a mantener la esperanza cuando el azote del COVID-19 se cernía sobre Europa”.
Sin embargo, “hoy es América Latina el epicentro de la pandemia, y Costa Rica no se escapa a esta realidad”.
La Iglesia Católica, agradeció a las autoridades sanitarias el que en todo momento hayan asumido la responsabilidad de cuidar personas, dando seguimiento a esta pandemia y ofreciendo las mejores medidas para evitar males mayores.
Especialmente agradecen el hecho de que se haya asumido claramente la prioridad de cuidar la salud, y la vida de los habitantes del país.
“Bien nos han informado ya de que en estos momentos en que la cifra de contagios aumenta exponencialmente y se va verificando una transmisión comunitaria del virus, enfrentamos una emergencia de atención puesto que aumentan los pacientes hospitalizados y corremos el riesgo de un colapso de nuestros hospitales”, comentaron.
Ante esto, manifestaron que “es una grave responsabilidad moral, derivada de la fe, cuidar de la propia salud y de la salud de los demás hermanos (familia, compañeros, amigos, transeúntes, etc.), observando fielmente las disposiciones y medidas sanitarias que las autoridades nos han dicho he insistido desde el inicio de esta crisis”.
“La vida es un don de Dios que cada uno debe cuidar para sí mismo y para los demás también. Es algo de lo que hemos dar cuenta a Dios”, afirmaron.
Para la Conferencia Episcopal, “ha habido falta de conciencia y responsabilidad en el gran aumento de casos que ha habido en estos días”.
Por esta razón, hacen un llamado “a la conciencia y al corazón de todos; para que acojamos de buen grado y acatemos las disposiciones sanitarias”.
Además, “a la cordura, a la solidaridad con los demás, a percibir el bien común en la necesidad de cuidar la salud de todos los costarricenses”.