San José, 30 ene (elmundo.cr) – En Costa Rica, como en el resto del mundo, los desórdenes mentales representan una proporción significativa de la carga de enfermedad en la población nacional, y por consiguiente, tienen un alto impacto en los años de potencial perdidos por discapacidad, y los años de vida perdidos por mortalidad prematura tal como lo señala la Política Nacional de Salud Mental (2012).
Oscar Valverde Cerros Presidente del Colegio de Profesionales en Psicología señaló que “en este sentido, tenemos importantes brechas a las que debemos dar solución”.
Por ejemplo, señala que en el país es insuficiente la cantidad de profesionales en Psicología con que la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) cuenta dentro de su recurso humano, en relación con la cantidad de población y atenciones que la institución debe brindar.
“Más aún, es absolutamente insuficiente si lo que se desea es trascender de un enfoque de atención a la enfermedad para desarrollar más bien una política pública centrada en la promoción y la prevención, la cual requiere de personal para el trabajo en comunidades, con familias, con personas en todo su curso de vida, entre muchas otras acciones”, agregó.
El Colegio ratificó su convicción sobre la importancia de que el Estado costarricense, invierta y dedique esfuerzos contundentes dirigidos hacia el fortalecimiento la salud mental de todas las personas.
“La salud mental es una responsabilidad de todos los sectores. Estamos a la orden de las autoridades en salud, para valorar y coordinar los esfuerzos necesarios que permitan tomar decisiones orientadas al mejoramiento de las acciones nacionales en esta materia”, concluyó Valverde.